Jorge Raad


Hasta mediados de la década del noventa del siglo anterior, las universidades y la sociedad colombiana en general, no se preocupaban de los escalafones internacionales en donde se ubicaban las instituciones de educación superior. Las entidades colombianas ocupaban, si es que eran mencionadas, sitios muy secundarios.
Las mejores universidades colombianas, de acuerdo a las disciplinas eran, inclusive ahora, clasificadas, nacional e internacionalmente, según el desempeño general de sus egresados en donde los ejemplos, para sólo mencionar unos, lo constituyeron las Facultades de Derecho de las Universidades Javeriana y Externado de Colombia o la Facultad de Medicina de la Universidad de Caldas o Bacteriología y Laboratorio Clínico de la Universidad Católica de Manizales, en donde sus egresados eran reconocidos por sus conocimientos y práctica clínica
Poco a poco se fueron utilizando diversos mecanismos de clasificación, utilizando varios sistemas: bibliométricos y otros incluyendo métodos subjetivos, en donde la primera era siempre la antiquísima, 1637, Universidad de Harvard, llamada así en honor a su benefactor John Harvard, ubicada en Cambridge, Estados Unidos de Norteamérica.
También paulatinamente se fueron fragmentando los escalafones: americano u otro continente, latinoamericano, de habla hispana, por países y según disciplinas. Ello condujo a establecer diferentes jerarquías en donde las universidades de México, España y Brasil ocupaban los lugares preeminentes entre las latinoamericanas.
Algunos consideraban un honor estar mencionados en un listado aunque ocupara uno de los últimos sitiales e inclusive se vanagloriaban de la presencia en las escalas en donde se ordenaban las universidades.
Los escalafones fueron invadiendo todos los niveles educativos, y actualmente no sería nada absurdo que los jardines, también fueran sometidos a una escala. Horrible, pero posible.
Ahora, el Ministerio de Educación, en una confusión de su papel, lanza una clasificación de universidades, Modelo de Indicadores de la Educación Superior, cuyos resultados fueron conocidos la semana anterior con toda clase de ambientaciones teatrales. Se conoce que la Ley 30 de 1992, dio apertura a una verdadera acción de Inspección y Vigilancia de las universidades, a pesar de lo obsoleta que se encuentra la norma, incluía la creación del Consejo Nacional de Acreditación, CNA.
De otro lado, actualmente en Manizales existen cuatro instituciones acreditadas: la Universidad Nacional de Caldas, la Nacional de Colombia, la Universidad de Manizales y la Universidad Autónoma de Manizales. Ello quiere decir que ellas han cumplido voluntariamente, aún no es obligatorio, con unos requisitos mínimos que les permite ser consideradas universidades. Es un logro muy importante y una confirmación para la Manizales Universitaria.
La valoración cuantificada se otorga y se traduce en años, a mayor número de años es mejor el sitio que ocupa en el contexto nacional y por tanto le entrega una especie de patente a la universidad para que la sociedad tenga confianza en ella. El tiempo además indica cuando la institución debe someterse a una nueva evaluación.
Esa debe ser la actuación fundamental del Ministerio de Educación en la evaluación de universidades: Acreditada o no Acreditada. Entre las que pasaron el análisis se les reconoce el hecho.
Hay que recordar que este proceso de evaluación por pares académicos de esclarecidas calidades, elegidos autónomamente por el CNA y con independencia absoluta en sus observaciones, viene precedido de un largo, profundo y dispendioso proceso de autoevaluación institucional en donde la participación de todos los universitarios, incluyendo los egresados, además de los empleadores, es fundamental.
El Estado debe continuar el apoyo a la educación superior con: Políticas nacionales; logrando una necesaria financiación estatal a las universidades de su responsabilidad; distribuyendo nuevos recursos, continuar con la representación en las universidades a través del ministerio, la presidencia de la República y la gobernación o Distrito o municipio, en los Consejos Superiores.
Es por lo menos impropio que el Ministerio de Educación sea parte y juez, porque le cabe responsabilidad en las universidades del Estado, y colateralmente las privadas, por su no acreditación y lograr los máximos honores.
Los escalafones son buenos cuando las variables en las cuales se basan son universales, adecuadas y precisas.
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