Visité por última vez el pabellón de los infectados de ‘subjuntivitis’ en junio del año pasado. Volví este fin de semana, y encontré allí al editorialista dominical de LA PATRIA, quien, según el especialista, dio positivo en la siguiente muestra: "Con esto, quien fuera el jefe del bloque Élmer Cárdenas y estaba preso en la cárcel de Itagüí, podría ir a su casa…" (16/3/2015). "…quien fue el jefe…", le sugirió el ‘intensivista’ ("persona especializada en cuidados médicos intensivos", sustantivo acogido por la Academia de la Lengua en 1992) y le recetó la relectura y análisis de una frase del mismo escrito para que ‘viera’ la forma correcta de emplear el modo subjuntivo. Ésta: "También hay que recordar que el Alemán, junto con los paramilitares (…) estarían de acuerdo con que los miembros de las Farc no pagaran cárcel…". La enfermera jefe le aconsejó que ‘hojeara’ un libro recientemente editado por la Universidad de Caldas, titulado "Quisquillas de alguna importancia. Aprenda castellano de los errores del prójimo". Que este libro, además, le serviría de consuelo, pues se daría cuenta de que él no es el único infectado; que son muchos, muchísimos, los aquejados por esta endemia gramatical. Y, concluyó, en el libro encontrará la forma de corregir corruptelas gramaticales, las de siempre y las de moda. Nota: La cuña, con la venia del señor Director, por descontado.

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La ‘enuresis’, del griego ‘enourein’ (‘orinar-se’) es la "incontinencia urinaria". La Academia de la Lengua asentó este término por primera vez en su diccionario de 1992, pero ya lo tenían las enciclopedias, por ejemplo, la Uteha, que lo define así: "f. Med. Micción involuntaria". Y en el Diccionario Enciclopédico de Miguel de Toro y Gómez (1911) aparece con esta definición: "Enuresia y Enuresis. Med. Emisión involuntaria de la orina". Me refiero a este fenómeno, muchas veces afrentoso, por la siguiente afirmación de la periodista Vanessa Sánchez: "Esta acción es normal en menores de seis años" (LA PATRIA, 14/3/2015). Aunque el término ‘acción’ (del verbo ‘hacer’) tiene muchas acepciones, me parece que, cuando se aplica a los seres humanos, debe restringirse a aquellas acciones en las cuales interviene su voluntad, o, en caso de emplearlo, especificarlas con el adjetivo correspondiente de acuerdo con las circunstancias que la causaron, verbigracia, "una acción constreñida". En la frase de la periodista, "Esta acción involuntaria o inconsciente…". Tal como lo expresan las definiciones arriba anotadas, para sosiego de los niños e ilustración de sus progenitores.

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El señor Ernesto Quintero Gil, colaborador del Correo Abierto de nuestro periódico, encabeza una de sus misivas de la siguiente manera: "Hacer referencia a los columnistas de un Diario, no es fácil. Y no es fácil porque puede operar más lo sugestivo que lo objetivo" (14/3/2015). Estoy convencido de que quiso decir ‘subjetivo’, porque él tiene que saber que el antónimo de ‘objetivo’ es ‘subjetivo’, no ‘sugestivo’, adjetivo este que significa "que sugiere; que suscita emoción; que resulta atrayente", como una sonrisa. En cambio, ‘subjetivo’, el adjetivo apropiado para el contexto de la frase citada, es "todo aquello relacionado a nuestro modo de pensar o de sentir, y no al objeto en sí mismo". Y ‘objetivo’, "todo lo perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir". ¡A propósito!, ser ‘objetivo’ es sumamente difícil, porque las pasiones, los sentimientos y las convicciones personales, aun las equivocadas, nos lo impiden, lo que se ve claramente en los columnistas y opinantes de los medios de comunicación, por ejemplo, a los de izquierda siempre les parecerá equivocada la opinión de los de derecha, y viceversa. Porque, como dice Jacinto Cruz de Elejalde, la ‘imparcialidad’ es prácticamente imposible. Nota: En la redacción del corresponsal aparece con mayúscula inicial la palabra ‘diario’: debe ir con minúscula, porque es un sustantivo común. Además, sobra la coma de la primera frase, y, en la segunda, hace falta una después de la conjunción ‘porque’. Quisquillas, pero de suma importancia.