Los periodistas son unas personas que juegan un papel muy importante en nuestra sociedad. Son las encargadas de informarnos  lo que está sucediendo en nuestro medio y en el mundo; además, en los últimos tiempos se han convertido en los vigilantes de las actuaciones de los funcionarios públicos. 
Como en todas las actividades hay periodistas que se dejan sobornar, les falta ética o se convierten en jueces y adalides de la moral y buenas costumbres. Vicky Dávila puede ser un ejemplo de aquellos periodistas que perdieron su norte. Se creyó la conciencia moral del país. Tuvo un problema ampliamente conocido con el exdirector nacional de la Policía. Al parecer Vicky fue objeto de una persecución indebida por parte del general Palomino, lo que la llevó a ensañarse contra él y tratar de acabarlo. Se le olvidó que después de hacer una denuncia ya corresponde a la justicia investigar el comportamiento del señor Palomino. Entre otras, tengo una buena imagen del general Palomino pero me parece que en la última entrevista que le concedió a Vicky mostró una enorme ingenuidad. 
Así como los fallos de los jueces pueden dar cárcel a las personas, las condenas de los periodistas son morales por lo que el "acusado" puede quedar en boca de todo el mundo, así en algunas oportunidades los "juicios" no sean objetivos y no se les dé mayor oportunidad de defenderse; sin embargo, también hay que decirlo, los periodistas han servido para destapar casos de corrupción.
Como decía, Vicky se ensañó contra Palomino a quien dicho sea de paso el presidente apoyó hasta el final, lo que desesperó a la periodista y la motivó a dar a conocer un vídeo con alto contenido sexual que involucraba al viceministro del Interior y a un capitán de la policía. Vídeo que la comunidad lo interpretó como una clara inmiscusión en la vida privada y propició un rechazo frontal a la decisión de la señora Dávila de darlo a conocer, lo que trajo consigo que los directivos de la empresa donde ella trabajaba le pidieran la renuncia. 
El comportamiento de Vicky desencadenó la salida de sus cargos de tres personas que ocupaban unos puestos muy importantes: El general Rodolfo Palomino, el viceministro Carlos Ferro y la periodista Vicky Dávila. El presidente por proteger a Palomino afectó la imagen de la Policía Nacional. Hoy la policía está siendo cuestionada e investigada por corrupta, por rosquera y la están haciendo ver cómo si fuera un cuerpo gay. Nada más delicado que esta mala imagen para una institución tan importante para el país y en la que la mayoría de sus miembros son personas que le hacen un enorme beneficio a la comunidad y son totalmente comprometidos con su oficio. 
Dejó enseñanzas como la de que los actos personales corresponden a la vida privada y ésta se respeta. Fue ejemplar la entrevista radial que dieron el exviceministro y su señora esposa donde especialmente la señora con una gran altura, apoyó y respaldó a su marido; también dejó claro que el periodista debe saber hasta dónde puede llegar en una investigación y sobre todo no llevar el proceso a temas personales y que los directivos y dueños de los periódicos y noticieros radiales y televisivos, deben saber el momento en que le deben llamar la atención a sus empleados y en caso extremo, desvincularlos de la empresa así sean personas de un alto reconocimiento y a costa de perder rating.
Un poco al margen, el país desde hace muchos años ha venido viviendo un proceso permanente de escándalos donde el nuevo supera al anterior. Nada más aberrante que lo que pasó con Reficar cuyos sobre costos están en una cifra cercana a los US$4.000 millones, con un valor total a los US$ 8.000 millones, cifra que supera lo que se obtuvo por la venta de Isagén.