Leonardo Pineda


Zapping
@leonardopineda
Una horda de caminantes harapientos y enloquecidos se enfrenta a la fuerza policial en medio de destrozos y bombas incendiarias, se van aglomerando cada vez más y una simple plaza se convierte en un campo de batalla. Las personas alrededor aterrorizadas por el evento empiezan a encerrarse en la seguridad de sus casas, los locales comerciales se ven afectados por causa de la revuelta. Es de noche y en medio del humo y el ruido los minutos se tornan eternos. Al momento que logra la policía dispersar a los manifestantes, estos se alejan y van fluyendo orgánicamente hacia otras calles llevando con ellos caos y destrucción, miedo e inseguridad.
No señores, no se trata de una escena de una película apocalíptica ni de una invasión zombie, es la imagen que puede verse en el noticiero de las siete de la noche porque es lo que está pasando justo en la capital de Colombia, a muy pocas cuadras de la Plaza Bolívar. El miedo se apodera de los bogotanos porque no hay otro sentimiento que pueda expresar lo que ocasiona un suceso como este. Para algunos puede que sea exageración de los medios, para quienes están en medio de la confrontación es un evento catastrófico y solo ellos dimensionan lo que pasa.
La verdad es que los canales nacionales hacen el mayor esfuerzo por llevar una noticia como esta, originada por el desalojo de los habitantes de la calle del sector del Bronx, pero cada nuevo titular es más impactante que el anterior. Muchas personas opinan que no se debería dar tanta importancia a los terribles hallazgos del crimen organizado. Ventas de drogas, casas de cultos satánicos y las llamadas “casas de pique”, pero eso es lo que hay. Lamentablemente debemos ser testigos que esas acciones en la medida que es simplemente un reflejo de lo dañada que está nuestra sociedad. Que si es amarillismo o no es un criterio personal, pero los noticieros deben informar. ¿Qué se sobrepasan con el exceso de información? No lo creo. Es una noticia y como tal debe ser documentada mientras dure. Lo más difícil, sin duda, es aceptar y entender las condiciones tan desfavorables de aquellos individuos a los que la indigencia ha llevado a habitar y hacer su vida en determinados puntos, que van confluyendo y como un imán van acercando cada día más a otros hasta convertir dichos lugares en terribles antros, como lo dijo un funcionario de la alcaldía de Bogotá: "Se encontraron cosas que solo se verían en el infierno". Como televidentes seguimos teniendo la opción de dejar pasar esa información que nos dan los medios, pero somos responsables en gran medida de generar espacios que lleven a la reflexión y por qué no, a la búsqueda de soluciones ante un flagelo tan presente en el mundo de hoy: la drogadicción.
El gobierno local se enfrenta entonces a una situación que cada vez se irá tornando más difícil, como cuando uno es niño y molesta un hormiguero (creo que todos lo hicimos ¿o no?) y luego salen todas esas hormigas en distintas direcciones hasta llegar a picarte. Esa es la imagen que tengo de lo que pasará con la limpieza del Bronx, esperando que no se salga de las manos la situación y todo esto genere algo bueno.
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