Elizabeth Ortiz Palacio


Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
La composición tanto del café como del té es muy compleja y va más allá de la cafeína, la cual ha sido muy estudiada. Con lo que respecta al primero, el café, también se cuentan entre los componentes el cafestol y el kahweol, que tienen una gran presencia si no ha sido filtrado. Esto resulta perjudicial por su efecto en el colesterol malo. Sin embargo, en pocas cantidades, tiene un efecto protector ante el cáncer, la enfermedad coronaria y la diabetes.
Después del agua, el café y el té, son las bebidas más consumidas en el mundo en todos los grupos de edad y en los diferentes niveles socioeconómicos. Ambas son infusiones tradicionales.
El interés principal que despiertan estas bebidas radica en que contienen numerosos compuestos bioactivos que no están presentes en otras bebidas con cafeína como los refrescos y las bebidas energéticas. La gran cantidad de investigaciones que se han desarrollado alrededor de ellas creó una sensación de confusión en la sociedad, pues no queda muy claro para que son beneficiosas.
Se realizaron estudios científicos sobre ambas bebidas y en cómo mejoran la atención. Se les comparó con otras que no poseen cafeína y, pese a todo lo dicho, las dos son buenas opciones si se quiere mejorar el rendimiento intelectual. También se encontraron diferencias. El café parece mejorar más el tiempo de reacción de las personas; mientras que el té incrementa la capacidad de observación.
Pasada esta fase de atención, son muy conocidas las consecuencias por su ingesta. Si se toma en unas horas en las que no se está acostumbrado puede aparecer la dificultad para conciliar el sueño.
Otro estudio se centro en el rendimiento deportivo y allí el café parece salir más beneficiado que el té. Más allá de los beneficios propios que ya implica, de por sí, mejora la reacción y los reflejos en la actividad física. Además incrementa la cantidad de energía que se consume, moviliza las reservas de grasa corporales y, entre otros aspectos, mejora la reposición de la persona después del ejercicio. Por lo tanto, es una de las bebidas más útiles en la práctica deportiva.
En cuanto a la prevención de enfermedades, hay que tener en cuenta todo lo que facilita el café. Hay que tener en cuenta que un mejor rendimiento deportivo permite maximizar los beneficios que trae en sí mismo el ejercicio. Por otra parte, disminuir la grasa visceral del cuerpo se constituye en una reducción del riesgo de presentar patologías relacionadas al sobrepeso y a la diabetes tipo 2.
Con el consumo de café también se detiene la aparición de enfermedades neurodegenerativas. Se ha estudiado su relación con el Alzheimer y la depresión, presentando efectos protectores.
Estas bebidas también están asociadas culturalmente a la presencia de otro tipo de alimentos o ingredientes. La lista va desde el azúcar, la leche, los buñuelos o los bizcochos. Tengamos presente que nuestro estado de salud es una consecuencia de un conjunto de actos y que puede verse afectado el valor nutricional tanto del café o del té, si se le acompaña con otros alimentos.
* Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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