Esteban Jaramillo

LA PATRIA | Bogotá

Ha vuelto Falcao. Aquella escena perturbadora de enero de 2014 se aleja en el recuerdo. Fueron momentos críticos, desgarradores, tanto para él como para los aficionados que siguen sus pasos.

Sus presencias posteriores en la Selección no lo encontraron en el mejor nivel. Sus goles eran distantes, discontinuos como su presencia en los equipos en los que actuaba. Nublado su cielo, aturdidos los medios, algunos sin bozal a la hora de conjeturar con irresponsabilidad sobre su real estado y el de sus doloridas rodillas. Vulgar insolencia crítica de quienes apretaban el paso para asistir a su retiro, los mismos que antes de su apoteosis lo descalificaban. Como si no hubiera memoria.

Falcao nunca se rindió. No perdió la confianza en su soledad reflexiva en la que cambió canchas y tribunas ruidosas por piscinas y gimnasios silenciosos, haciendo caso omiso a las angustias. Los lamentos no estaban en su agenda. Nunca, en medio de sus dificultades, perdió la cordura.

La marginalidad a la que se sometió, no aceptó complejos emocionales porque su mente no fue vulnerable. Al contrario, en su reconstrucción, ha esperado la ventana nueva, abierta, la de la ilusión y la esperanza con la que ve su retorno a la selección, en la que el guiño de los aficionados ha sido determinante.

El cordón umbilical con el gol es la razón de ser de su retorno, con la expectativa de que redima al combinado nacional que necesita su espíritu indomable en el área, y, con él, los puntos necesarios en un premundial apretado en la tabla.

Reto serio tiene Pékerman, el de encajar a sus goleadores en el colectivo, para mejorar la fluidez en el fútbol ofensivo y, con ello, encontrar los goles que escasean.

La única duda hoy es si Falcao comandara el ataque ante Chile, si jugará solo en punta con tres medios que le asistan a corta distancia, con extremos abiertos como en el pasado, para potenciar su juego aéreo, o si pacientemente deberá aguantar como alternativa. Vaya usted a saber qué piensa el DT en sus acostumbrados silencios. ¿Que tal la posibilidad de Falcao y Borja?