SANTIAGO RAMÍREZ
LA PATRIA / MANIZALES
Un miércoles azul tomé mi mochila y fui al colegio sin esperar mucho, pensé que llovería y que incluso haría frío, pero en este día todo fue inusual, salió el sol y de una radiante manera.
Era imposible no disfrutar de esta jornada con Lady Day cantándome al oído y, la verdad, sentía que me esperaba una gran experiencia, pues gracias al Programa Formación y Acción Social (FAS), al cual tenemos acceso todos los estudiantes del colegio San Luis Gonzaga y que pretende acercarnos a las difíciles realidades sociales, llegué esa mañana azul a la Fundación Asoviejos; uno de los muchos hogares para adultos mayores que no reciben los suficientes recursos del Gobierno para prestarles mejores servicios a los abuelos.
En Asoviejos conocí a muchas personas que, sin duda, están abandonadas. Con ellos compartí historias, cantos, alimentos y reflexiones que aún resuenan en mi cabeza.
Y una de las viejas me contó su historia. Se trata de Teresa, una mujer que trabajó por casi una década en la Licorera de la ciudad y, a la cual, echaron de su puesto de etiquetadora, tras caer en una profunda adicción al alcohol. Terminó en la calle, pero sus ojos brillan cuando dice que los viejos le dieron el calor de hogar y ahora son su vida. Ella lleva 12 años allí, además de que se encarga de velar por los más enfermos.
Fin de la jornada
Ya es la hora de partir, pero lo vivido hoy me hizo más fuerte y decidido a cambiar esta realidad, para que cuando yo esté de pelo blanco sepa que de alguna manera contribuí a mi tranquilidad.
Es así como decidí confrontar esta situación y busqué a una persona que desde otra perspectiva me explicara qué pasa en Manizales con la calidad de vida de los abuelos. Y es justo aquí donde aparece Marietta Henao Vargas, profesional especializada en el tema, a través de la Dirección Territorial de Salud, quien me explicó que el papel fundamental de la Red de Apoyo Técnico Social Gerontológica del municipio es generar una política que le apunte a la atención intersectorial de esta población. Me aclaró que esta está en fase de fortalecimiento con el objetivo de extender los beneficios y mejoras a los demás centros de los municipios.
Agregó, además, que el Ministerio de Salud estableció una ley con estándares mínimos para estas instituciones. "En la actualidad ninguno de los centros cumple con lo estipulado. Por ello se realizan acompañamientos para evitar los cierres inminentes", aclaró.
Aquí, entonces, es fundamental pedirle al Gobierno que establezca una dinámica direccionada a suplir las actuales dificultades de estos centros, tanto en sus aspectos arquitectónicos como en la seguridad alimentaria y la capacitación en atención biopsicosocial. Para finalizar, quiero decir que es muy importante que nuestros abuelos vivan en mejores condiciones, pues han estado largos años luchando por la calidad de vida de otros y del entorno. ¡Se lo merecen!
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