La ceniza, que está compuesta por roca y minerales, que puede ser fina o gruesa, al entrar en contacto con las turbinas del avión, que están a una alta temperatura, puede fundir el material particulado, generando una especie de pasta que al solidificarse podría parar las turbinas.
La ceniza que está emitiendo el Volcán Nevado del Ruiz, según el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales, está compuesta por fragmentos finos de roca volcánica que pueden ser calientes. Aunque este cambio en el comportamiento no es alarmante, sí es de cuidado.
Obstruye la visualización del piloto impidiendo que se vea bien por dónde va.
Los impactos de la ceniza contra el parabrisas de la cabina pueden provocar pequeñas perforaciones en el mismo y también en el propio fuselaje (cabina de mando, de carga y de pasajeros) o en otros elementos importantes como las luces. Incluso se pueden llegar a formar capas de ceniza sobre partes sensibles del avión, como la cola, lo que se traduce en un aumento de peso que desequilibra la aeronave.
El material acumulado, al mezclarse con el motor del avión, puede provocar que este se apague y por ende causar pérdidas humanas.
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