MARGARET SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
La línea roja demarcada en esta página mide 30 centímetros de alto y 10 centímetros de ancho, ese es el tamaño que tiene el nanosatélite que Colombia pondrá a orbitar en el espacio para la observación de la tierra.
Desde hace cinco años aproximadamente la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez (EMAVI), de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), trabaja en este proyecto y espera que en julio o agosto de este año el FACSAT-1, nombre del nanosatélite, esté tomando imágenes del territorio nacional.
“Las imágenes satelitales que usamos en las operaciones de la Fuerza Aérea son compradas, queremos desarrollar y gobernar nuestro propio satélite, tener independencia en las imágenes que queremos trabajar. Además para que los cadetes de la escuela aprendan y crezcan en este campo”, señala la mayor Sonia Ruth Rincón Urbina, jefe de Investigaciones Aeroespaciales de la EMAVI.
Agrega que las fotos que logre el nanosatélite, además de contribuir para el control de cultivos de coca o la minería ilegal, aportará información para otras instituciones como el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC). Al igual que brindará datos para grupos de investigación de universidades enfocados en la línea aeroespacial.
En este proyecto participa el manizaleño Jorge Alberto Correa García, ingeniero de sistemas de la Universidad Autónoma y con maestría en sensores remotos de la Universidad Católica, quien hace 16 años es docente en la EMAVI, ubicada en Cali.
Él y la mayor explican los detalles de esta misión que busca poner al país a nivel de Brasil, Perú, Ecuador, Argentina, Paraguay y Guatemala, que tienen esta tecnología en el espacio.
Desarrollo
La Fuerza Aérea Colombiana desarrolla el FACSAT-1 en un convenio de transferencia de tecnología con GomSpace, empresa de Dinamarca, que integró el nanosatélite y aportó los modelos de vuelo e ingeniería. Asesoraron en cuál era la órbita acorde para el lanzamiento y cómo se controlará desde la Tierra con el software.
Según la mayor Sonia Ruth Rincón Urbina, en la Escuela de Aviación tienen un prototipo en el que han hecho las pruebas para entrenarse en el manejo del nanosatélite. “La ganancia es en conocimiento en campos de electrónica, sistemas, telecomunicaciones, mecánica, software de control, entre otros”.
Para el ingeniero Jorge Alberto Correa García, la inversión del desarrollo de un proyecto así está entre los 300 mil y 400 mil dólares (entre unos $850 millones y $1.100 millones), sin contar el costo por lanzarlo al espacio, y puede variar según el tamaño y las funciones del satélite.
Lanzamiento
La empresa de Dinamarca GomSpace buscó un cohete que sea enviado a la órbita que requiere el proyecto colombiano, una órbita polar. El FACSAT-1 será lanzado en un desde una plataforma en la India entre julio y agosto de este año.
Los tiempos del lanzamiento dependen de permisos y regulaciones del cohete principal, En este momento el satélite se encuentra ya integrado en Estados Unidos. Este proceso requirió casi de un año de planeación. La Oficina de Asuntos Espaciales de la Fuerza Aérea se encargó de los permisos en Colombia con el Ministerio de las TIC, además de registrar el FACSAT-1 ante la Oficina del Espacio Ultraterrestre de la Organización de las Naciones Unidas, en la que se inscriben los objetos lanzados al espacio.
Según el ingeniero de sistemas Jorge Alberto Correa García, a esta institución internacional hay que enviar la información como nombre, número de registro, operador, fines, órbita, velocidad y fecha, hora y lugar del lanzamiento, entre otros.
“El espacio se maneja como si fuera aguas internacionales, es de todo el mundo, nadie es dueño de una porción. Está estipulado en el Tratado de las Nacionales Unidas para el uso del espacio ultraterrestre de 1967”, agrega Correa García.
Foto | Cortesía Universidad Autónoma | LA PATRIA
El ingeniero de sistemas Jorge Alberto Correa García estuvo en la Universidad Autónoma de Manizales para explicar en qué consiste el proyecto del nanosatélite colombiano.
Control
La empresa de danesa GomSpace le entregará el mando a La Fuerza Aérea Colombiana dos semanas después de que el FACSAT-1 se suelte del satélite principal, cuando los sensores se calibren, se estabilicen y el satélite apunte a donde debe hacerlo.
La estación terrena de control está ubicada en un laboratorio de la Escuela Militar de Aviación en Cali, donde estará una antena móvil de rastreo que seguirá al nanosatélite las 24 horas y recibirá señales de la salud del satélite (por ejemplo si un panel solar o un circuito está fallando) y de su trayectoria.
Los servidores recibirán esta información, al igual que las imágenes captadas, que se visualizan en unas pantallas y se almacenan utilizando un software especializado. El control del nanosatélite tiene una parte manual y otra programada, en la que se verifica a qué hora y por qué zona de Colombia va a pasar para así activar la cámara en ese momento. Lo que ayuda a optimizar el uso de las baterías.
Riesgos
La basura espacial representa riesgo para el nanosatélite, porque partículas del tamaño de un tornillo viajando a 7 kilómetros por segundo pueden afectar el aparato. La radiación es otro factor en contra porque los sensores de la cámara podrían quemarse en el momento que se encienda.
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