
DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES
Las lluvias no solo traen consigo la inundación de cultivos. También contribuyen a que se incrementen las plagas y los vectores transmisores de enfermedades. Así mismo, escasea notablemente el alimento y se dificulta la movilización de los animales.
Entre los principales problemas está la dispersión y diseminación de agentes causantes de enfermedades. Debido a los altos niveles, frecuencia e intensidades de las lluvias, así como a la elevada humedad ambiental, los patógenos del suelo (microorganismos capaces de producir enfermedades infecciosas) encuentran condiciones de saturación que favorecen su reproducción y dispersión desde focos o plantas afectadas, a la que no lo están, aseguran en Corpoica.
Esta situación se da en cortos períodos de tiempo por el movimiento del agua en el suelo y la escorrentía, lo que incrementa su incidencia en los cultivos.
De otro lado, se puede dar una rápida multiplicación de hongos y bacterias fácilmente dispersables por el viento o por salpicaduras de lluvia, favorecidos por la alta humedad ambiental.
De manera complementaria, otra condición que se puede presentar es la mayor vulnerabilidad de la planta al ataque de los mencionados patógenos debido a que la lluvia excesiva contribuye a que se limite la circulación de oxígeno en el suelo, hecho que afecta las raíces de la planta.
El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y Corpoica entregan recomendaciones para evitar que el invierno haga de las suyas en sus cultivos.
En la Región Andina, según el ICA, aumentan los daños causados por enfermedades como roya del café, carbón en cultivos de caña y gota de la papa. En otros cultivos como tomate, pimentón y cebolla sube la probabilidad de presencia de complejos de hongos causantes de pudriciones de raíces y tallos.
*Para la roya del café se recomienda manejo de la sombra para mantener condiciones óptimas de luz y humedad relativa en el cultivo y aplicación de fungicidas registrados en el ICA, según plan establecido por Cenicafé.
*Para el carbón de la caña panelera, monitoreo y erradicación de las plantas afectadas. Establecimiento de semilleros con material de propagación sano.
*Para el moko, la sigatoka negra y amarilla, del plátano y banano, se plantean deshojes fitosanitarios, control con aplicaciones puntuales de productos químicos siguiendo las recomendaciones de dosis y uso del fabricante, erradicación de focos y restringir el acceso al lugar afectado. Además, manejo de drenajes y aguas superficiales, y una adecuada fertilización con base en el análisis de suelo. Por último, control de insectos en el foco.
Tenga en cuenta
37 mil 166 hectáreas de cultivos se vieron afectadas en Caldas durante la pasada temporada invernal. Se incluyen plátano, cítricos, caña panelera, aguacate y mora. Esto equivalió a pérdidas por 100 mil millones de pesos y en el momento se invierten dos mil millones de pesos en la recuperación de 9 mil 338.
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