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En Caldas, investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UN) Sede Manizales analizaron la oferta hídrica y establecieron umbrales para un Sistema de Alertas Tempranas (SAT) que permita evitar el desabastecimiento de agua.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la probabilidad de que se produzca un episodio de El Niño Oscilación del Sur (ENOS) a finales de 2018 es del 70%, lo que causaría disminución en las lluvias y aumento de las temperaturas, seguido de un déficit del agua disponible en el suelo para las plantas y en caudales de las fuentes hídricas.
De hecho, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha generado alertas para que las autoridades tomen medidas preventivas frente a un probable episodio de sequía de El Niño, que se genera por el calentamiento de las aguas del océano Pacífico y por el debilitamiento de los vientos, entre otras condiciones.
Como antecedente más cercano se tiene el episodio de El Niño de intensidad fuerte ocurrido entre 2015 y 2016 que afectó drásticamente al país. Se calcula que esta emergencia, que dejó 200 municipios en calamidad por desabastecimiento de agua, le costó a Colombia 1,6 billones de pesos.
El departamento de Caldas no fue ajeno a esta situación. Según el Ideam, nueve de sus 27 municipios estuvieron en alerta por desabastecimiento de agua: Aguadas, Filadelfia, La Merced, Manzanares, Marmato, Neira, Pacora, Riosucio y Salamina.
La Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corpocaldas), con el apoyo de las empresas prestadoras del servicio de acueducto, determinó que de estos nueve municipios los más críticos fueron Salamina, La Merced y Norcasia, a partir del comparativo oferta-demanda, es decir que en estos municipios la cantidad de agua disponible era inferior a la requerida.
Esta situación impulsó al Grupo de Trabajo Académico en Ingeniería Hidráulica y Ambiental (GTA) de la UN Sede Manizales a estimar la amenaza por déficit hídrico en acueductos municipales con problemas de abastecimiento en Caldas, para así definir alertas tempranas en caso de una sequía.
Recurrencia en escenarios de sequía
Alejandro Marulanda Aguirre, magíster en Ingeniería - Recursos Hidráulicos la Institución, explica que para analizar el abastecimiento de los acueductos se recopilaron registros diarios de las estaciones meteorológicas administradas por el Ideam y otras instituciones, además de información satelital de la Misión de Medición de Lluvias Tropicales (TRMM por sus siglas en inglés).
En total se utilizaron 188 estaciones con registros históricos comprendidos entre 1981 y 2010 para calibrar y validar un modelo hidrológico planteado por el profesor Jorge Julián Vélez Upegui, de la UN Sede Manizales, que hace un balance hídrico a partir de las variables meteorológicas de precipitación y temperatura, con injerencia en estos tres municipios.
El paso a seguir por el investigador fue estimar el régimen climático en cada uno de estos lugares, sobre los cuales se tienen tres áreas abastecedoras asociadas con bocatomas en Salamina (El Uvito, Chagualito y Boquerón), en La Merced (Santana, La Isabel y El Rosario) y en Norcasia (Las Pavas, Montebello y La Virgen).
Los resultados permitieron identificar que en estas áreas y durante eventos extremos (sequía y periodo invernal) la temperatura no cambia considerablemente. Sin embargo la precipitación sí, como sugieren los registros evaluados. Entre estos resaltan 1999 y 2008 como años de mucha humedad y 1992, 1997 y 2009 de poca humedad. Para lograr estas evaluaciones se contó con la ayuda del índice de precipitación-evapotranspiración estandarizado (SPEI, por sus siglas en inglés).
El magíster destaca que los registros se emplearon para identificar la oscilación del clima. Por eso analizaron diferentes escalas temporales (diaria, mensual, anual y mensual multianual) con el fin de determinar los ciclos en los cuales se puede presentar una posible sequía, que conlleva al déficit hídrico en los acueductos, específicamente en sus caudales (volumen de agua por unidad de tiempo).
Alta fluctuación en sus caudales
Con los caudales obtenidos a partir de la modelación hidrológica, el investigador elaboró curvas de duración de caudales, que consisten en organizarlos de mayor a menor, y asociar a tales valores una función de probabilidad. Los valores de cada área abastecedora se integraron, puesto que cada municipio se abastece simultáneamente desde tres bocatomas.
La gráfica resultante de este ejercicio permitió identificar tanto la baja regulación y retención hídrica de las áreas abastecedoras, como el régimen hídrico en el que es posible estimar caudales en temporadas húmedas, normales y secas.
El comportamiento de disminución de caudales se caracterizó por medio de las curvas de recesión entre condiciones medias y de estiaje (sequía), lo cual permitió establecer umbrales para un sistema de alertas tempranas por desabastecimiento de agua en estos acueductos.
Alertas tempranas propuestas
El estudio estableció los umbrales para alerta temprana por sequía meteorológica: 81 días sin lluvia para Salamina, 85 para La Merced y 69 para Norcasia, valores que corresponden a una alerta roja por riesgo de desabastecimiento. Para alerta amarilla se plantea un valor correspondiente al 50 % y para alerta naranja un valor del 75 % de los días establecidos para la alerta roja.
La estimación probabilística de caudales mínimos, que sugiere la posibilidad de que se presenten caudales bajos por la sequía, determinó que en Salamina existen problemas de disponibilidad hídrica cada 1,3 años en promedio, en La Merced cada 1,6 y en Norcasia cada y 1,4 años.
Olga Lucía Ocampo López, doctora en Ingeniería – Automática de la UN Sede Manizales y codirectora de la investigación, precisa que estos valores de caudales mínimos se compararon con el índice oceánico de El Niño (ONI, por sus siglas en inglés). Así fue posible validar la hipótesis de la correlación entre caudales bajos y episodios de El Niño de intensidades importantes.
Prevención
Frente a una posible sequía en estos municipios, las autoridades locales vienen implementando una serie de recomendaciones para que los habitantes tomen conciencia y empiecen a ahorrar agua. El aprovechamiento de aguas lluvias en sus procesos productivos es clave si se considera la posible reducción de las lluvias al final e inicio del año.
Félix Ricardo Giraldo Delgado, jefe de Gestión del Riesgo de Caldas, manifiesta que es muy importante construir reservorios para almacenar agua, aprovechando la temporada de lluvia de octubre y noviembre, además de identificar fuentes alternas como pozos y aljibes, y realizar mantenimiento.
William Ramírez, jefe de Gestión del Riesgo en Norcasia, asegura que incluso se les está recomendando especialmente a los habitantes del campo, quienes fueron los más afectados por falta de agua en el pasado episodio de El Niño, instalar flotadores en los bebederos para evitar un desabastecimiento. Además explica que en las tuberías de las bocatomas se están realizando cambios para evitar una alerta por falta del líquido.
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