Sebastián Giraldo
LA PATRIA | San Lorenzo (Riosucio)
Hace 15 años, según recuerdan varrias personas, un guerrillero dejó una maleta al lado de la estación de Policía del resguardo de San Lorenzo (Riosucio) y salió a correr. La maleta estalló. Los disparos de ese día, entre la guerrilla y la Policía, se conocen como la toma de San Lorenzo del 2001.
Ayer el Gobierno firmaba la paz con las Farc y el ambiente del pueblo era otro comparado con la época de las tomas.
Los niños juegan fútbol o tenis de mesa en el parque, hay obreros remodelando la Iglesia, la gente juega parqués o ve televisión. Todas las casas tienen la puerta abierta. El miedo en San Lorenzo es cosa del pasado.
Pocos saben que se está firmando la paz en Cartagena, y de los pocos que saben, apenas unos se interesan en el tema. A nadie en el poblado le gusta recordar los tiempos de guerra, como dice Andrés Guapacha, habitante de la zona.
Sin repetición
Otros recuerdan los años de conflicto y esperan que no se repitan. Hernán Bedoya no estuvo en las tomas del pueblo, pero vivió la presión de la guerrilla y de la Fuerza Pública cuando trabajaba en su finca cerca de San Lorenzo.
En la mañana las Fuerzas Militares lo presionaban para que diera información de grupos insurgentes y en la noche las Farc lo obligaban a cederles animales de la finca. Tuvo que dejar sus pertenencias y bajar al pueblo. Ahora dice que prefiere votar a favor del Sí.
“Se lo he comentado a muchos amigos. Yo creo, a pesar de los imperfectos de lo que se haya acordado con la guerrilla, que es mucho mejor esta tranquilidad”, afirma Bedoya.
José Noel Gañán cree lo contrario, dice que no es justo que personas que le han hecho tanto daño al resguardo, además de secuestrar y extorsionar en el resto del país, no paguen cárcel.
Sí y No
William Becerra: Los escépticos son poquitos. Esta mañana salieron dos chivas con 50 personas cada una. Ellos iban a un evento para apoyar el No. Pero hace poco hubo una reunión en el centro de pensamiento indígena. Ahí nos reunimos cerca de 500 a favor del Sí.
Andrés Guapacha: Antes la vida no valía nada. Si un vecino le tenía rabia a otro lo denunciaba a la guerrilla. Así nos matábamos entre nosotros. Ahora es mucho más tranquilo. Yo creo que debemos prolongar este estado de tranquilidad.
Ociel Guapacha: Se respira mucha tranquilidad con el proceso. Espero que todo siga en calma. Pero también espero que los problemas del campo tengan una verdadera solución.
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