Karol Ramírez Betancur
LA PATRIA|Manizales
Saber cuántos pensilvenses hay en el mundo es complicado, hay que conformarse con los informes oficiales que hablan únicamente de 26.361 habitantes, cuando en realidad muchos oriundos de Pensilvania viven en otras ciudades. A ellos, como a Hugo Vélez Isaza, les llegó el momento de partir, pero en esa distancia añoran la tierra que los vio nacer, y las redes sociales se han convertido en una opción para sentirse cerca.
Hace ocho años Hugo se antojó de poner una foto de Pensilvania en la pantalla de su computador. Mientras buscaba la imagen perfecta, lo sorprendió encontrar tan pocas fotos de su pueblo natal. Marina Correa, una paisana, se enteró y le regaló un CD donde había muchas para escoger, y con esto se le ocurrió crear un grupo para compartir estas fotos y las que él iba tomando en sus viajes al pueblo.
Hugo Vélez Isaza y su hermano Fernando administran el grupo Pensilvania, la Perla del Oriente. Los seguidores, en su mayoría paisanos, reciben sus publicaciones y la única condición del contenido es “netamente pensilvense”, convirtiéndose en un portal de encuentro virtual con la historia y las noticias del pueblo, que acerca a los que están lejos y los anima a regresar.
Recordar es un acto humano inevitable y la fotografía ayuda a hacerlo con más precisión, a fijar los recuerdos que uno ya tiene y a crear unos nuevos mirando el pasado. Como viendo un álbum familiar, los pensilvenses repasan las publicaciones del grupo, los mayores recuerdan y cuentan, las nuevas generaciones se asombran o lamentan no haber presenciado esos momentos. De las fotos brotan comentarios con anécdotas o preguntas para ampliar la historia de un evento como el caso del terremoto que derrumbó la iglesia en 1962.
Las fotos antiguas que Hugo ha publicado han sido donadas en formato digital, dándole el crédito al fotógrafo. Una parte de estas se las pasó un primo que estuvo en un encuentro de bachilleres, a quien le regalaron un CD con 940 fotos antiguas de Pensilvania; él sabía del grupo y le permitió a Hugo hacer una copia con el trabajo de Rubén Darío López. Después de eso, gracias al voz a voz, le han compartido fotos Norma Maya, Olga Lucía Gutiérrez, Jaime Gutiérrez, Abelardo Ospina, Carlos Alarcón, entre otros.
De foto en foto
Hugo es consciente de la importancia de registrar el presente y por esto toma fotos como aficionado para que no se olvide ningún rincón de Pensilvania: “Tengo una cámara muy sencilla, no es profesional ni nada de eso. Yo noté que hay mucha foto de la Plaza de la parte central y no de los extremos, ese fue otro motivo para recorrer los barrios como San Vicente, San Bernanrdo, los caminos de herradura, el camino de Arboleda, y el camino que hay al lado del cementerio viejo, que me parece hermoso. A mí siempre me ha gustado porque lo recorría mucho de niño. Básicamente hay muy poca foto y creo que todos los lugares tienen recuerdos, sea para mí o para otro paisano”, dice.
También comparte las fotos de eventos y noticias de Pensilvania que publican sus contactos haciendo crecer cada vez más esta red. Hugo tiene 52 años, vivió hasta los 17 en Pensilvania, y dice que invierte su tiempo en el grupo por amor al pueblo y los recuerdos que le trae, pues tal vez si le pagaran no lo haría con tanto esfuerzo. Sobre su relación con Pensilvania dice:
"Es más espiritual que otra cosa, yo llego allá y me siento muy bien así no haya nadie, de hecho no hago nada allá, solo tomar tinto todo el día, uno se siente como si volviera al vientre materno. El mero hecho de estar allá sin necesidad de hacer nada del otro mundo, es lo mejor. De hecho me gusta ir en tiempo frío, esos gentíos no me gustan. Me gusta ir cuando está en su normalidad, que estén los estudiantes y los negocios tranquilos".
Las fotos que se toman a un lugar o a una persona no solo ilustran los recuerdos personales, también informan sobre la época de una región o cultura: cómo ha cambiado la arquitectura, los vestuarios, la geografía y percibir cierta evolución. Se construye la memoria de un pueblo compartiéndola y se crea identidad y sentido de pertenencia en esa interacción. Hugo dice: “las fotos si uno las guarda no tienen sentido, por eso las publico. Soy consciente de que al ponerlas en Internet en cierta forma ya dejan de pertenecerle a uno”, pasan a ser un bien común para el disfrute de todos.
Hoy en día se habla mucho de recuperar las memorias de la tradición oral, de los periódicos, los archivos y las bibliotecas, pero la fotografía se destacan por fijar los recuerdos al ver la historia ilustrada. Hugo reconoce que el grupo es un aporte a esta construcción, sobre todo con las fotos antiguas que recrean hechos como el histórico incendio del 55 o personajes típicos del pueblo que inspiran ternura o terror, que para algunos pensilvenses son desconocidos y para otros traen gratos recuerdos.
Cuando uno es niño hay recuerdos que se quedan fijados de una manera indeleble, mientras que otros no. Una ayuda para recordar es la fotografía. Al evocar los tiempos de infancia, en la descripción del grupo, reza una frase de Ernesto Sábato: “A medida que pasan los años, cuando nos vamos despidiendo de sueños y proyectos más nos acercamos a la tierra de nuestra infancia; no a la tierra en general, sino a aquel pedazo, aquel ínfimo (pero tan querido tan añorado) pedazo de tierra en que trascurrió nuestra niñez”.
Fotos | Cortesía Grupo Facebook: Pensilvania, la Perla del Oriente| LA PATRIA «Sobre esta estatua (hoy está en el corregimiento de Bolivia) hay muchas anécdotas. Una de ellas es que los borrachos lo animaban, rastrillando un machete en el piso, a que si de verdad era tan berraco, se bajara a peliar». Tomado del grupo de Facebok: Pensilvania, la Perla del Oriente.
Memoria
Los pensilvenses también encuentran en este grupo las Píldoras de la memoria, historias de eventos importantes o curiosos de Pensilvania, que Hugo publica en el grupo acompañadas de fotografías. Están basadas en los libros de Miguel Ángel Aristizábal, Un Pueblo de históricas costumbres, Tres tomos; Pensilvania La avanzada Colonizadora, del hermano de la Salle Florencio Rafael, Monografía de Pensilvania de Félix Quintero y Cien años de fe de José Néstor Valencia.
Hugo resalta que la memoria viva de los ancianos es muy valiosa y parte de lo que sabe se lo debe a ellos. A Antonio Aristizábal lo considera una biblioteca viviente sobre Pensilvania. “Con él nos encontrábamos en un café que hay en la calle 22 con 9a., en Bogotá, con varios paisanos y ahí conversábamos”, dice.
La tradición oral del pueblo se teje de unos a otros, en una cafetería, en un restaurante, en una cantina o en las redes. Hugo saca historias viejas del polvero junto a las nuevas y las publica en Facebook para que Pensilvania no se pierda en la era digital.
Reglas
Hugo sigue unos parámetros para la administración del grupo que responden a ciertos principios éticos:
* Los miembros deben tener un vínculo con Pensilvania.
* En época electoral no admite publicaciones sobre campañas políticas.
* No se permiten publicaciones de denuncias.
* La publicidad está permitida únicamente para negocios de pensilvenses o que se relacionen, de lo contrario no.
Foto | Cortesía Hugo Vélez Isaza | LA PATRIA Hugo Vélez Isaza.
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