Mateo Yepes Serna
LA PATRIA | MANIZALES
"¿Qué es lo primero que piensan ustedes cuando se enteran que violan a una mujer?", preguntó Ludirlena Pérez a un grupo de hombres en un hogar de rehabilitación de La Dorada.
- "Que se lo ganó por calentona"- respondió uno.
- "Seguramente andaba de buscona"- dijo otro.
Todos los comentarios culpaban a la mujer de su violación.
Ludirlena les respondió: "Yo fui víctima de abuso sexual dos veces, en el 2001 y en el 2004, y no fue por calentona ni por vestirme de tal forma".
Ella sabe que el trabajo es difícil y que no funciona al instante.
Uno de ellos se le acercó y hablaron por dos minutos; al final, ella le dijo: "Yo no te culpo por pensar así, pero te dejo un pedacito mío y yo me llevo un pedacito tuyo. Así empezamos a cambiar esa mentalidad".
Retazos
Ludirlena fue víctima de violencia sexual durante el conflicto armado, un problema que salió a la luz en los años recientes, con las negociaciones y el posterior acuerdo entre el Gobierno y las Farc.
En el primer caso apenas superaba los 15 años cuando los abusadores fueron guerrilleros del frente 23 de las Farc. En el segundo, los victimarios; miembros de las autodefensas, y fue un mes después, en enero del 2005, cuando partió de Granada en el Meta al puerto caldense.
Con su mamá llegó a donde una tía que les había prometido ayuda.
En La Dorada inició el proceso de entender qué le había sucedido. Fueron cuatro años de esfuerzos, cuando lo fundamental fue romper el silencio que, según ella, sufren las mujeres al ser tratadas como culpables.
"La sociedad nos culpa, dicen que provocamos a los hombres y cosas así. A mí me dolió mucho cuando doña Marina, la mujer que me vio crecer, me dijo: 'quién sabe usted qué habrá hecho para ganarse eso'. Me crucificó."
Contar su experiencia, y escuchar la de otras miles de mujeres, hizo más llevadero su proceso fuera. Entendió que su caso era uno entre muchos y que no había ninguno peor. De todos los casos, dice, guarda un retazo.
Sindy Franco conoció a Ludirlena hace dos años y trabajan juntas en las mesas departamentales de víctimas del conflicto. Para ella, el trabajo de Ludi, como la conocen, es muy importante. Ella las orienta, las guía y hace que tengan una ciudadanía activa para poder reclamar sus derechos.
Lo que más valora es su liderazgo y perseverancia."Ella es un diamante, brilla con luz propia, no necesita ser pulida para crecer. Es empírica, se forma a través de las experiencias y de la tristeza con la que la trató la vida. Ella se paró y aprendió a respetar sus derechos y a los demás", destacó Sindy.
Gestora de paz
Romper el silencio, junto con otras dos mujeres, le permitió a Ludirlena crear la Asociación Mujeres Gestionando Paz en el 2009.
"Somos contadas las mujeres que hablamos del tema. Queremos que no haya impunidad. Yo supero, yo quiero, yo deseo. Claro que hay recaídas, nos deprimimos, pero sacamos fuerza por las mujeres del territorio y nos levantamos", dijo su amiga Sindy.
En La Dorada pidió ayuda, pero las instituciones no la oyeron. Tomó fuerzas y logró asociarse con más víctimas para intentar visibilizar su caso y el de miles de mujeres. Dice que es muy importante que la gente conozca los casos de abuso y violencia, pues en Caldas, las autoridades aseguran que los números son bajos, pero ellas han documentado 68 casos de violencia sexual en el conflicto. En casi 10 años de labores, la Asociación Mujeres Gestionando Paz ha trabajado con mil 200 víctimas de este crimen.
Las 32 mujeres que trabajan en la asociación hacen actividades como el taller de género en el hogar Kairos de La Dorada. Mientras las mujeres que ayudaron ese día preparaban frijoles, Ludi trabajaba con los hombres y seguía preguntando. Había risas pero también reflexión.
En el fogón estaba María Marleny Mosquera, miembro del grupo Afro Impactos de Paz. Conoció a Ludirlena dos años atrás en la Casa de la Mujer y desde que trabaja con ella valora su capacidad de gestión. "No todas las mujeres pueden hacer lo que ella hace. Es muy sincera y apasionada en lo que hace".
Mujer Confa 2018
"Por ser una sobreviviente, que ha enfilado sus banderas al servicio de las mujeres colombianas víctimas de la violencia sexual en el conflicto armado; por enseñar que todos tenemos derecho y que ninguna mujer debe ser víctima, Ludirlena Pérez Carvajal es la Mujer Confa 2018-2019".
Así se anunció en la noche del 29 de noviembre cuando le entregaron el premio de este año. Su trabajo con las mujeres, la lucha por la reparación y la búsqueda de garantías de no repetición, hicieron que Ludirlena se llevara el reconocimiento para La Dorada.
Sindy estaba tan feliz como Ludirlena. "Eso fue un impacto grandísimo, un reconocimiento al trabajo que ha hecho durante años. Cuando ella nos contó fue una alegría tremenda y dijo que era gracias a nosotras. Ella nunca habla en singular, siempre lo hace en plural".
Ella representará a Caldas en el concurso a Mujer Cafam que será en marzo del 2019.
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