Yajandra Galván
LA PATRIA | Manizales
El primero en gritar independencia
Los inicios de la Vega de Supía se dieron en el siglo XVI con asentamientos de encomenderos y mineros a lo extenso del río Supía. Allí, hace 206 años, se escuchó el primer y único grito de independencia de lo que hoy es el Eje Cafetero.
Antes de la llegada de los españoles, el territorio lo habitaron los Sopías, tribu indígena arcaica del lugar. Solo en 1541 se reconoció su fundación, llamándose para su época como La Vega de Supía.
El libro Guerra Civiles, escrito por Álvaro Gartner Posada, relata que la provincia se caracterizaba por la diversidad de su población. Según el censo de 1793 la habitaban, 217 indígenas, 588 esclavos, 925 libres y 60 españoles. Estas cifras demuestran que la numerosa mano de obra permitió convertir a Supía en el corazón de la región, por su productividad y desarrollo, especialmente por la minería.
La Vega, lugar de caseríos, pertenecía a la Provincia de Popayán (estado del Cauca) junto a San Juan de Marmato, San Sebastián de Quiebralomo y Anserma Viejo. En 1810 los gritos de independencia se empezaron percibir en el país y las posibilidades de liberarse del yugo español se hacían viables. Un año después, los ánimos en el Cantón de Supía se alteraron por la declaración de independencia del Valle del Cauca, razón que motivó a la provincia a arriesgarse a una posible liberación.
Con acta
Para 1813 llegó a la población la expedición de José María Gutiérrez, alias el Fogoso. Impulsó a los dirigentes del territorio y llevó a cabo el acta de independencia. En el documento de la Vega de Supía se menciona que el 28 noviembre del mismo año alcaldes y vecinos oían atentamente la declaración del comandante Gutiérrez, en la que mencionaba los objetivos e intenciones generales del Supremo Gobierno de Antioquia, liberado en 1811. El discurso intentaba convencer a los ciudadanos para que se incorporaran con los demás pueblos aliados.
Al terminar la declaración, los asistentes estuvieron de acuerdo y respondieron que se incorporaban a aquella república. Reconocieron el gobierno de Antioquia y al comandante de expedición como jefe político. La constancia del acta la firmaron en la parroquia de Supía José María Gutiérrez, Francisco Gervasio de Lemos, Pedro José García y el secretario de expedición Liborio Mejía, conocido por convertirse años más tarde como el presidente más joven de Colombia.
"Un pueblo tan pequeño, liberarse de España solo significaba expresión de rebeldía de una provincia", comenta el historiador supieño Jorge Eliécer Zapata. El suceso de liberación ante la corona española significó un aumento en el desarrollo económico de la nueva región minera.
Fotos | Jorge Eliécer Zapata | LA PATRIA
Placa que reseña la independencia de Supía en 1813.
¿Pasó Simón Bolívar?
En la tradición de la provincia de Supía se escuchan los rumores del paso del Libertador, Simón Bolívar, por la zona. Sin embargo, no hay documentos o fechas que lo demuestren.
En las leyendas de la población, en el occidente del Caldas actual, es normal escuchar entre los habitantes comentarios como: “cuando Bolívar estuvo aquí”... “Bolívar compartió con la comunidad afrocolombiana”…, pero nadie sabe en qué fecha exactamente.
El historiador Alfredo Cardona Tobón narra que para 1818 existió un personaje que demandó al Libertador porque las tropas de Antioquia le habían hurtado un animal, al parecer una "marrana" cuando pasaron por Guamal, enclave afro que aún existe en la vía hacia Riosucio.
"Se llevaron al animal y por ese suceso el señor decide pasarle la cuenta a Bolívar", comenta el historiador. Las especulaciones sobre su visita, se hacen porque está probado que en 1829 Bolívar estuvo en Cartago por medio del Quindío, bajando por el Valle del Cauca hasta Popayán.
Por pasos
La Universidad Católica de Manizales publicó el libro Bolívar paso a paso, escrito por el presbístero Emiliano Londoño. El texto reseña un viaje de Bolívar, desde Quito hasta Bogotá. Lo más cerca que estuvo del actual territorio caldense fue al pasar por Cartago (Valle), a finales de 1829 y comienzos de 1830. También por Salento (Quindío) y Mariquita (Tolima) en enero de ese año.
El historiador Cardona manifiesta: "El único camino que Bolívar recorrió cerca de Caldas para pasar de Popayán hacia Santa Fe de Bogotá, fue el Quindío. Hay un escrito muy lindo en el que Simón Bolívar afirma que en su paso por esta zona, siente que está en el paraíso terrenal y que en su vida no había visto cosa mas hermosa, ni en Europa ni en ninguno de los países que había visitado".
En ese recorrido se estima que pasó por la Provincia de Supía. Cierto o no, sus habitantes le han rendido homenaje con los tres monumentos que poseen del libertador y un óleo, de la pintora de María Salomé, con más de 400 años. Este relato hace parte de la tradición oral y ha sido narrado de generación en generación.
Dos perfiles del bronce en homenaje al Libertador Simón Bolívar, en el patio de la Institución Educativa Supía. Fue inaugurado el 14 de diciembre de 1972 por el gobernador de Caldas Óscar Salazar Chávez y donado por el presidente de Venezuela, Rafael Caldera.
Hipoteca de las minas
En la campaña libertadora de Bolívar, el dinero escaseaba para el plan de Independencia. Existía la necesidad de combatir a la colonia española con un ejército de mercenarios. En 1819 se consolida la Independencia. Bolívar envió al vicepresidente, Francisco Antonio Zea, como representante de la República de Colombia para que negociara con Inglaterra en 1820 y de esta manera financiar la revolución en los países en los que continuaba el imperio español.
En 1822 se firmó el acuerdo entre Colombia e Inglaterra, aceptándose un préstamo de dos millones de libras esterlinas de la casa financiera londinense Herring, Graham y Powles. El pago de Colombia a Inglaterra fue asegurado con los derechos de importación y exportación, con propiedades y territorios mineros de oro, plata, sal y tabaco.
El apoyo de Inglaterra no fue solo económico, también militar con la famosa Legión Británica, grupo de guerreros conformado por ingleses, alemanes y franceses, que incursionaron en las tropas patriotas como acuerdo del Empréstito de Zea.
En el libro Las raíces en el tiempo - La región Caldense, de Albeiro Valencia Llano, se afirma que las negociaciones de Zea fueron tan desorientadas que se comisionó a Manuel Antonio Arrubla y Francisco Montoya para negociar un nuevo empréstito que se adquirió por 4 millones 750 mil libras esterlinas ($30 millones) más la anterior deuda de Zea, por $10 millones, pero el trato fue igual de nefasto.
Al terminar la campaña libertadora de la Nueva Granada, el pago de Colombia se notó con el arribo del capital inglés en las regiones mineras de Marmato, Supía y Riosucio. Alfredo Cardona comenta que la explotación se inició desde 1823 hasta finales del siglo XIX.
En la actualidad, es común encontrar entre los habitantes de Supía apellidos como: Dehengard, Cock, Gärtner, Tyrrel y Walker, entre otros. Puede que el linaje inglés haya quedado arraigado en las nuevas generaciones, pero nadie les ha podido quitar el privilegio de ser el primer territorio que se independizó en la región de Caldas.
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