RUDDY DÍAZ
LA PATRIA| MANIZALES
Desde los 11 años María Vargas empezó a preguntarle a su mamá sobre la existencia de su padre y por qué él no estaba junto a ellas. Su madre, no le respondió con precisión la pregunta, pero si le dio pistas de dónde se encontraba y cómo era su aspecto físico. Después de 38 años y una pandemia, María lo encontró a través de un perfil de Facebook.
Años atrás. En zona rural de Armenia (Quindío) Alicia Ardila, de 16 años, y Norberto Henao, de 22, unieron sus cuerpos en uno solo. El hecho llenó de furia al padre de Alicia y de miedo a Norberto quién terminó huyendo sin saber que su amada había quedado en embarazo. La joven ocultó su estado de todas las formas posibles como, por ejemplo, fajándose el vientre. Después de nueve meses, dio a luz a una niña a la que llamó María.
La búsqueda
Actualmente. El 18 de mayo y durante el confinamiento en Manizales, María, de 49 años, decidió buscar de nuevo a su papá por Facebook. Lo hizo por medio del perfil de su hija, María Fernanda. Digitó en la búsqueda de la red social el nombre de Norberto Henao, quién posiblemente era su progenitor, y encontró a un hombre con la descripción que su mamá le había dado. “No tenía ni idea de cómo era. Mi mamá me contó que era alto y moreno”, mencionó.
Otro dato que tenía María era que vivía en Pácora y aunque hace cuatro años intentó buscarlo en el municipio caldense, desistió de la idea porque el viaje era costoso y requería de tiempo. En esa búsqueda el hombre alto y moreno aparecía con amigos en Pácora, y ante eso María le exclamó a su hija: “¡Mamita, mamita!, mire que descubrí a mi papá”.
Solo pasaron unos minutos para enviarle la solicitud de amistad y otros tantos, para que Henao la aceptará. Rápidamente iniciaron una conversación virtual. La hija de María le enseñó a Norberto una foto de su abuela Alicia y él la reconoció y preguntó por sus hermanos. “Mejor dicho, fue el descubrimiento”, dijo María al encontrar a su papá después de tantos años.
Primera conversación
La primera conversación telefónica con su padre estuvo cargada de muchos sentimientos. “Todo contento me llamó al momentico, hablamos y de una se alegró mucho”, comentó María mientras que su padre anotó: “Tenía alegría, susto, uno piensa muchas cosas. La forma de vivir de uno es sana, uno no es un vagabundo, degenerado o vicioso, uno se imagina lo mejor. Me alegré mucho”.
En poco tiempo María conoció a la familia de su papá por videollamadas y fotos. Esperan con ansias el reencuentro.
Dudas aclaradas
María contó que la razón por la que no había conocido antes a su padre era la disputa que existía entre él y su abuelo materno. Según sus tíos, el miedo que le tenía su papá a su abuelo fue lo que no lo dejó volver. “No permitía que les miraran las hijas porque armaba el problema”.
A ese miedo se le sumó la presencia de la guerrilla. “No me atreví a volver por allá, me mataban”, comentó Norberto.
A la espera
“Dios mío, me faltaba otro pedazo”, expresó María, quién sentía miedo de ser rechazada una vez encontrara a su progenitor o por la familia de él. Sin embargo, encontró cariño y por ello, cuenta los días para que el Gobierno Nacional permita viajar y poder ir a visitar a su padre en Pácora. “Quiero abrazarlo mucho y llorar mucho”, respondió María agregando que estas semanas han sido de mucho sentimiento por el tiempo perdido.
Al igual que ella, Norberto también anhela abrazarla. “Pico, llorada y de todo. Debe ser un encuentro la berraquera”, comentó.
“Gracias a Dios hay un final feliz. Tristemente en muchos casos no se da así. También era el miedo de buscarlo y que resultara muerto”, indicó María Vargas.
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