
Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
El llamado de Juan Manuel Santos al Eln para que deje las armas es de tiempo atrás. El 20 de marzo del 2009 la Policía mató a alias Mauricio, cabecilla de los Bolcheviques. "Esperamos que los pocos que queden se desmovilicen", dijo el entonces ministro de Defensa del gobierno de Álvaro Uribe.
El lunes pasado el hoy presidente Santos anunció con el Eln que el 27 de octubre próximo comenzará la fase pública de diálogos en Quito (Ecuador), en busca de cerrar el conflicto con esta agrupación guerrillera.
Los Bolcheviques afectaron con homicidios, atentados, secuestros, extorsiones, asaltos, entre otros, a habitantes de Líbano, Villahermosa, Palocabildo, Santa Isabel, Casabianca, Herveo y Murillo, municipios en el norte de Tolima.
Su accionar en el límite con Caldas incluyó como víctimas a personas de la zona rural de Villamaría, en el Parque Natural Nacional de los Nevados. Además, a usuarios de las vías, sobre todo Manizales-Fresno-Mariquita, que padecieron asaltos y quema de vehículos.
Se sumó el desplazamiento de comunidades y muerte de civiles como consecuencia del choque de los Bolcheviques con el frente Ómar Isaza de las autodefensas campesinas del Magdalena Medio, en inmediaciones del Nevado, donde a 2003, según la Defensoría del Pueblo había 200 hectáreas de amapola.
Otro escenario del Eln tuvo que ver con las zonas urbanas del Eje Cafetero. Por ejemplo, la columna Martha Elena Barón con presencia base en Manizales, Villamaría, Chinchiná y Pereira.
Hernando Hernández, asesor para Asuntos de Posconflicto y Paz de la Gobernación de Caldas, dice que el Eln fue la segunda guerrilla con mayor presencia en el departamento.
Añade: "Impactó política y socialmente en los 90, con grupos como el Martha Elena Barón, que con acciones urbanas tuvo incidencias propagandísticas y políticas en ciudades como Manizales".
Asegura que en el departamento prácticamente no hay presencia de este grupo. "Es fijo que no hay estructuras militares. De pronto estructuras políticas o de procesos sociales de base que apoyen su lucha".
Otros grupos de los llamados elenos alimentaron en los 90 el agudo conflicto en el occidente de Caldas, donde ya había Farc, paras, narcotraficantes.
El Eln y las Farc, según la Misión de Observación Electoral (MOE), encontraron en la zona un escenario propicio con la ruptura del pacto mundial del café, a mediados de los 80. Sin embargo, asegura que sobre todo las Farc aprovecharon la situación para la siembra de coca.
Hernández concluye: "Lo más importante es que con el proceso con el Eln, sumado al de las Farc, se acaban dos guerras en una".
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