
ALEXANDRA SERNA Y LEONARDO ORTIZ
LA PATRIA | MANIZALES
El acuerdo al que se llegó a mediados de diciembre de que los estudiantes de la Institución Educativa El Llano, en la vereda con ese nombre, se trasladarán a partir de este año al megacolegio se vio más como un logro de líderes de Marmato que de la gestión del alcalde, Héctor Jaime Osorio. Esto, unido al descontento entre mineros porque sienten que el mandatario los dejó solos durante el paro minero, muestra que la gestión de estos dos años no convence del todo a los marmateños.
“El alcalde se enredó para estrenar el megacolegio, mientras en la Gobernación nos resolvieron el problema en una hora”, expone Yamil Amar, exalcalde y promotor del Movimiento Todos por Marmato. Osorio defiende que sí tocó puertas y argumenta que la dificultad fue que el contrato destinaba la obra para reubicar a los estudiantes del casco urbano, a lo que se oponen los pobladores porque consideran que así le dejan el terreno libre a las multinacionales para explotar a cielo abierto.
Minería, punto débil
De modo que también queda en evidencia la constante puja de los mineros artesanales por defender su territorio y la incertidumbre por saber qué tipo de explotación hará la Gran Colombia Gold. Aunque esto depende del visto bueno del Gobierno Nacional, representantes del gremio desaprueban la posición neutral del alcalde, mientras el exgobernador Guido Echeverri y el actual, Julián Gutiérrez, han rechazado totalmente la posibilidad de que sea a cielo abierto.
El clímax de esa tensión se vivió en julio y agosto pasados, cuando el paro minero llevó a declarar toque de queda y ley seca y a militarizar la entrada al municipio. Osorio dice que los mineros no quisieron hablar con él, lo que refleja, una vez más, el inconformismo.
Además, en la pasada Administración se inició la construcción de una sede de Salvamento Minero, en el sector de la Betulia, donde se invirtieron unos $400 millones, que no ha avanzado en estos dos años, pese a que la Gobernación giró $234 millones.
El alcalde asegura que no han continuado las obras porque los recursos que había eran insuficientes para culminarlas y era mejor conseguir lo que faltaba para contratar todo de una vez. “La Gran Colombia Gold destinó unos $300 millones para tal fin. Esperamos terminar la sede cuanto antes”.
Ejecutorias y retos
Líderes y hasta concejales de la oposición reconocen, sin embargo, que el alcalde -de la U, línea lizcanista- ha cumplido de su programa de gobierno la construcción de huellas en vías rurales, puntualmente en las veredas El Tejar, Guayabito y Cabras, y en el deporte con la realización de torneos y la adecuación de tres polideportivos en los sectores El Llano, Vergel y Jiménez, que estarían listos para el primer trimestre de este año.
Para que se cumpla el lema del Plan de Desarrollo: Marmato, hacia la prosperidad integral, el alcalde comparte la tarea con el Departamento de poner a funcionar el nuevo Hospital San Antonio, en El Llano, que estaría listo para finales de este mes. Su financiación corrió por cuenta de regalías, recursos de la Gobernación y la Gran Colombia Gold, gestionados en parte por la anterior administración y que suman unos $3.500 millones.
Agua potable, pavimentación de la vía principal hacia la cabecera municipal y desarrollo de proyectos de vivienda son los pendientes de mayor sensibilidad para la comunidad.
Frente al servicio del líquido vital el mandatario anuncia que harán los estudios para proveerlo en la vereda Cabras, como lo prometió cuando era candidato. Mario Restrepo, concejal del Polo Democrático (oposición), plantea que también hace falta en las veredas Monterredondo y San Lorenzo, donde viven comunidades indígenas.
La adecuación de unos cinco kilómetros de la carretera, entre El Llano y la cabecera, depende de los estudios que realice la Gobernación, de ahí que el burgomaestre deba insistir para que se realicen. Y sobre la vivienda afirma que hay un proyecto en marcha por unos $2 mil millones, provenientes de regalías.
Quedan dos años para cumplir lo pactado y cambiar la percepción que poseen marmateños como Mario Tangarife, presidente de la Asociación de mineros tradicionales del municipio, de que “todo se empieza, pero nada se termina”.
Demoras por trámites de regalías
En estos dos años el desempeño fiscal de Marmato ha sido favorable, con un superávit de $5 mil millones (ver infográfico). Sobre el balance del 2013, a septiembre 30, el alcalde, Héctor Jaime Osorio, explica que la ejecución de esos recursos, en su mayoría de regalías, se demoró por los trámites que se deben surtir. “Ya se están ejecutando en un proyecto de vivienda multifamiliar, la compra de un recolector de basuras y un convenio con el hospital”.
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