Albeiro Rudas
LA PATRIA | Anserma
Terminó la novela de más de un año que se inició cuando la propietaria de un vetusto inmueble, ubicado en la Plaza de Robledo de Anserma, pidió permiso para demolerlo por su mal estado. Era una casa centenaria.
La solicitud de demolición permanecía en la Secretaría de Obras Públicas y Planeación. Germania Largo, propietaria del inmueble y la Personería instauraron una acción de tutela que finalmente en segunda instancia ordenó tumbar el bien.
La vivienda perteneció a la familia de Pastor Marín, que guardaba gran pare de la historia de esta población. Allí funcionaron establecimientos de tradición como la cafetería Anserma. El mal estado de la propiedad y la falta de incentivos para su conservación, así como la carencia de un Acuerdo del Concejo que precise y defienda el patrimonio arqutectónico, la condenaron a desaparecer y también tiene condenadas a otras edificaciones.
El jueves 7 de julio personal de Obras Públicas, Defensa Civil y Bomberos iniciaron la demolición y despeje del lote de esta casa, que ahora permanecerá en el recuerdo de los ansermeños.
Hace un par de meses atrás la casa contigua había sido demolida de emergencia, después de que cayó una pared. Ahora se pretende construir allí un centro comercial, oficina, parqueaderos y una clínica.
El gran hueco que dejan la desaparición de estas dos casas afectan la apariencia de la plaza de Robledo, muchos
ciudadanos esperan que al menos las nuevas edificaciones que allí se construyan.
La demolición empezó con puertas y ventanas.
El deterioro era evidente en su interior.
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