HELMER GONZÁLEZ Y JULIAN GARCÍA
LA PATRIA | MANIZALES
Luis López y Pablo González son dos manizaleños que no se conocen, pero la tragedia los tiene trabajando en común, ayudando a los afectados por el terremoto que sacudió las poblaciones costeras de Ecuador el pasado sábado.
Ellos cambiaron por estos días los trabajos en sus empresas, como otros miles de voluntarios, para solidarizarse con las víctimas.
Ambos viven en el vecino país, el primero en Quito y el segundo en Guayaquil. Sintieron de manera diferente el movimiento. En esta última, la intensidad fue mayor que en la capital.
González contó que hubo grandes destrozos y tiene conocimiento de tres víctimas en esa ciudad, la segunda más importante del país. Inclusive algunas estructuras están para demolición y un puente se cayó. Él estaba en un tercer piso cuando comenzó el movimiento de la tierra, trató de buscar la salida, pero perdía el equilibrio.
En Quito, al igual que en todo el país, comenzó una reaccióninmediata luego de conocerse los primeros reportes del terremoto.
Voluntarios
López vive hace 12 años en Quito, pero también trabajó por unos años en Guayaquil. Es casado y tiene un hijo. Sin embargo, estos días su labor principal es la del voluntariado, junto con otros 150. "Hay arquitectos, ingenieros, profesores y vendedores. Nos asesoramos de los grupos profesionales y con base en lo que ellos recomiendan actuamos".
Según comenta todo se hace de una manera ordenada, en medio del caos. Indicó que la capital ecuatoriana está a unas tres horas de la zona de desastre, pero debido a los daños en las vías y el alto tráfico se demoraron cinco horas.
Su alistamiento comenzó el domingo, finalmente salieron el pasado martes a las 4:00 de la mañana con víveres, medicinas, ropa y frazadas. El destino eran los pueblos a donde no ha llegado la ayuda del gobierno.
Desastre en caseríos
Luis López comentó que los recursos están focalizados solo en las ciudades intermedias y grandes, pero hay caseríos donde el impacto del terremoto dejó gran desolación. "Hay caseríos en los que si habían 100 personas 80 están muertos bajo los escombros", apuntó.
A las condiciones extremas que padecen los afectados se suman las altas temperaturas e insiste en los caseríos que están alejados de la costa, ya que estos no cuentan con la brisa como si la tienen los poblados y balnearios de la Ruta del Sol, como Pedernales, Cojimíesy Manta. Tierra adentro soportan calores de 32 y 35 grados.
Los niños y adultos mayores, que son los más vulnerables, no tienen en las noches ni una vela, ni comida, ni agua y permanecen a la intemperie junto con sus familias. En esos mismos caseríos hay graves problemas por la descomposición de los muertos. "Nos toca concentrarnos en la gente viva y necesitada y dejar las casas destruidas con los cadáveres bajo los escombros hasta que venga el gobierno con maquinaria".
Considera que son cerca de 18 las poblaciones devastadas.
Subregistro de víctimas
Pablo González, luego del choque emocional sufrido en Guayaquil, donde vive con su familia, también se integró a los grupos de apoyo. Entre sus vecinos recogieron ropa, alimentos, cobijas y agua o dinero para adquirirla embotellada.
Le dijo a este medio que por las redes sociales pidieron voluntarios, pero con serias advertencias de que debía tratarse de personas fuertes emocionalmente, porque lo que se está viendo es de dimensiones apocalípticas.
Coincide con López en que los 500 muertos reportados es una cifra muy baja y que probablemente son muchos más. "Pedernales tiene 45 mil habitantes y quedó destruida en un 90%. Nada concuerda".
Pese a los daños que sufrió Guayaquil, en la ciudad se conformaron campos de ayuda para recolectar ayudas. González agregó que recuerda cada instante del terremoto porque las paredes sonaban y los perros ladraron desesperados.
Sin descanso continúa con su labor. De su campo han salido dos camiones con ayudas para los sitios de la tragedia, pero aclara que de toda la ciudad salió una caravana de 20 vehículos escoltados.
A los militares les tocó implementar protección porque hubo robos a algunos camiones que salieron al comienzo de semana.
Desaparecido
Jesús Antonio Orrego Jiménez, de 52 años, quien trabaja en Mantase encuentra desaparecido. El hombre, quien residía en Chinchiná se radicó hace dos años en la ciudad de Ecuador más arrasada por el terremoto.
Destacado
En la madrugada de ayer fue encontrado sin vida el cuerpo de José David Eras, el niño de 6 años de nacionalidad colombiana que permanecía bajo los escombros del Hotel Royal en Pedernales (Ecuador). El capitán Charles Benavídez, comandante del Cuerpo de Bomberos de Pasto, aseguró que la madre del niño, que estuvo en todo momento en el sitio, lo identificó.
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A las 6:40 de la tarde llegó a Pereira, proveniente de Manta (Ecuador), el B727 Vulcano de la Fuerza Aérea Colombiana con 34 pasajeros a bordo y 5 féretros. Arribo inicialmente a la capital de Risaralda a dejar 25 sobrevivientes y 4 cadávares. Posteriormente continuó su viaje hasta Bogotá, destino final del vuelo.
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Un nuevo terremoto de 6,1 grados en la escala abierta de Richter sacudió ayer la costa norte de Ecuador, la misma zona afectada por el fuerte sismo del sábado. El movimiento telúrico se localizó a 25 kilómetros al oeste de Muisme, localidad ubicada a unos 100 kilómetros de Pedernales. El terremoto se registró a 15,7 kilómetros de profundidad.
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