A 15 riosuceños, que llevaban siete años en Ecuador, los cogió el terremoto en el barrio Tarqui de Manta. Es de los que quedaron destruidos con esta tragedia. Vivieron una gran calamidad durante 11 días, pero ayer en la tarde les avisaron que hoy pisarán tierra colombiana.
Un vuelo que gestionó la Cancillería y Migración Colombia llevará hasta Cali a estas personas que conforman tres familias, donde tomarán un vehículo que los regrese a su tierra natal, Riosucio (Caldas). El capitán Óscar Mejía, comandante de Bomberos Riosucio, indicó que el pasado sábado se acercaron familiares de los damnificados solicitando ayuda para repatriarlos porque estaban en condiciones infrahumanas. El organismo pidió apoyo a la Cancillería.
“Las casas en donde vivían se destruyeron, se quedaron sin trabajo, por lo tanto están viviendo el caos”, dijo el capitán.
María Angélica Bañol Morales, familiar, cuenta que su abuela de 72 años y quien sufre de asma, recibió un golpe en el pecho y no ha recibido atención médica, que un bebé de 7 meses tiene problemas de fiebre y al parecer le estaban afectando los malos olores.
No para
El capitán Mejía agrega que las familias estaban acampando en las zonas verdes de un parque. Y María Angélica cuenta que para recibir comida, sus familiares más jóvenes tenían que hacer largas filas, porque los damnificados son muchos.
“Lo perdieron todo, aunque vivían en casas alquiladas. Salieron de Riosucio a buscar trabajo, y lo encontraron montando un taller de ebanistería. El terremoto aplastó toda la maquinaria”, sostiene la mujer.
El problema que enfrentarán ahora es que llegan sin vivienda, sin trabajo y sin ropa. “El Consejo Municipal de Gestión del Riesgo tomó cartas en el asunto. Concretamos con el Hospital San Juan de Dios la atención médica en el momento que lleguen, y también el suministro de los medicamentos y algunas ayudas humanitarias para que se estabilicen hasta que superen el problema psicosocial”, argumenta el capitán.
“Las casas nuestras son pequeñas, no sabemos qué pasará con ellos. Vienen muy impresionados porque en Ecuador no ha dejado de temblar. Lo que vivieron fue un sacudón, vieron que todo se desplomaba, que la tierra se agrietaba, que sonaban las sirenas de las ambulancias y oían los gritos de gente herida. Eso fue lo que contaron. Pero Dios no desampara a nadie, harán lo que les resulte”, afirma María Angélica.
Datos
Estas familias son de la vereda Santa Inés, que pertenece al resguardo indígena Nuestra Señora de la Montaña. En el grupo llegan dos adultos mayores, de 72 y 73 años, y cinco menores de edad entre 7 meses y 16 años.
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