Janeth López
LA PATRIA | Manizales
"Cuando amaneció todo se vía gris. Ceniza y lodo era lo que se veía. Ni señales de las casas habían", dicen los sobrevivientes a la avalancha por la erupción del Volcán Nevado del Ruiz ocurrida el 13 de noviembre de 1985. La misma que borró del mapa a Armero (Tolima) y en la que murieron 22 mil personas.
También afectó todo lo que encontró a su paso en la ladera del volcán que limita con Tolima y Caldas. Aunque por allí su paso no fue tan devastador, se cree que también dejó unas 2 mil 500 víctimas mortales y arrasó con varios kilómetros de Chinchiná.
El dolor persiste a pesar de los 30 años que han pasado. Los recuerdos por la tragedia siguen tan latentes en los pobladores de estas zonas, que cuentan la historia como si hubiera ocurrido ayer. En sus ojos se evidencian la tristeza y la desolación que sintieron.
LA PATRIA hizo un recorrido por estos lugares y se encontró con que muchos dicen que esa fue una tragedia anunciada. Que las autoridades nunca creyeron en las alarmas y que aunque estas no habrían evitado que Armero desapareciera, sí se hubieran podido salvar las vidas de muchos de sus familiares. Así, comenzar de nuevo, no hubiera sido tan tortuoso.
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