La siguiente ponencia participó en la 1er. versión del Foro Juvenil: Imaginando al mandatario ideal, organizado por el Programa Prensa Escuela y apoyado por la Corporación Cívica de Caldas. Este se efectuó el 1 de septiembre del 2015.
Los Jóvenes como sujetos soñadores del hoy y del futuro, fundamos nuestros ideales en posibles utopías de realidades sociales, culturales, profesionales, económicas y fraternales que evidencien el bienestar para todos en nuestro presente histórico.
Nuestro espíritu rebelde no alude al simple sentido contradictor que por esencia nos caracteriza. Va más allá de querer plantear propuestas en torno a la necesidad de transformar el mundo.
Somos parte de una democracia que piensa, analiza, idealiza, propone y que en una gran minoría decide acerca de la manera como queremos se oriente y dirija la ruta de nuestro futuro. Pero ante todo, expresamos con transparencia nuestro sentir, frente a los sucesos cotidianos que acontecen en el diario vivir, esperando del mismo modo una respuesta acorde a la claridad de nuestros sueños.
Si bien es cierto que carecemos de experiencia, jamás pensamos en imposibles. Nuestra imaginación no está limitada por las normas que otras generaciones han apropiado a través del tiempo, coartando su espíritu renovador.
Al depositar nuestras esperanzas en las manos de quien lidera nuestro rumbo, otorgamos confiadamente nuestros anhelos de un país o región imaginada. A nuestra edad, aún creemos en la posibilidad del compromiso adquirido
Idealizamos al mandatario que organiza, lidera, orienta y dirige los pasos de sus conciudadanos y en consideración a ello No impone, dicta, o adopta por conveniencia o interés particular, las directrices del Estado Nación. Del mismo modo como idealizamos cada una de nuestras dimensiones de vida, imaginamos ser partícipes de forma directa o indirecta de las decisiones en quienes hemos depositado nuestra confianza. Aunque nos falte avanzar en formación, no desconocemos algunas normas establecidas en nuestra constitución Nacional, para pretender hacer parte de la tan anhelada democracia.
El adolescente tiene derecho a la protección y a la formación integral. El estado y la sociedad garantizan la participación activa de los jóvenes en los organismos públicos y privados que tengan a cargo la protección, educación y progreso de la juventud. (Constitución política de Colombia, Art 45)
Tampoco somos ajenos a las necesidades de quienes nos suceden, y mucho menos nuestra grandiosa sensibilidad olvida a quienes en algún momento como nosotros, algún día soñaron un país ideal. Es en este sentido, como expresamos abiertamente que un mandatario ideal debe tener en cuenta las necesidades de formación, desarrollo y bienestar de toda su comunidad, sin importar condiciones particulares de edad, etnia, nivel profesional, o rango socio-económico.
En defensa de nuestra cultura particular, y de nuestra idiosincrasia, soñamos un mandatario que tenga presente nuestra comunidad campesina, en honor al reconocimiento que merece su labor, si pensamos en el sustento que con sus manos, cultivan a diario para todos los miembros de la sociedad. Los campesinos, nuestros amados campesinos, requieren de la mirada propositiva y decisoria de los mandatarios que otorgan los recursos que demandan nuestro desarrollo, formación y bienestar resaltando la importancia de la labor agrícola.
Pensamos en un mandatario que refleje nuestros ideales de armonizar con la naturaleza, considerada por nosotros como fuente irremplazable de vida. Reiteramos nuestro interés e importancia de valorar a quienes laboran en el sector primario de la economía. Pues es desde la raíz, desde donde deben fortalecerse las bases para una economía saludable, cuyos recursos y oportunidades sean distribuidos de forma equitativa.
Un mandatario ideal, jamás olvidará sus raíces. Pues esto le permite tener presente que la cultura refleja los rasgos particulares de un pueblo, a través de su historia, sus costumbres y proyección de vida. Antes bien, jamás olvidará la lucha por mejorar su región en condiciones de igualdad y de oportunidades, valorando y respetando las diferencias.
Al imponer algunas condiciones iniciales sociales bien determinadas, se puede predecir de manera infalible, el futuro de la humanidad; basta con que las condiciones iniciales se impongan a nombre del bien y de la verdad-por ejemplo, a nombre de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad-para construir la sociedad ideal. ( Basarab,2009. p 18)
Nuestros sueños claman por la verdad. No se gestan en medio de la corrupción. Sólo de esta forma, será posible la libertad de expresión, de propuesta y de decisión al momento de elegir o ser elegido. La honradez y la humildad, le posibilitará al ideal mandatario, gobernar y no imponer. Mucho menos esclavizar de manera indirecta a su pueblo. Pues el honrado gana honores y el humilde corazones.
Un mandatario ideal será recordado por su comunidad en honor a la gestión honesta que persigue, al menos en su intento por satisfacer los ideales de su pueblo. Sin olvidar que aún hace parte de él, y que gracias a su pueblo, hoy ocupa su lugar. Lo que confirma la famosa frase que expresa:
“No hay súbditos por haber reyes, sino que hay reyes por haber súbditos”. Karl Marx
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