La siguiente ponencia participó en la 1er. versión del Foro Juvenil: Imaginando al mandatario ideal, organizado por el Programa Prensa Escuela y apoyado por la Corporación Cívica de Caldas. Este se efectuó el 1 de septiembre del 2015.
¿Qué pretende? ¿Qué pretende hacer al subir al poder? Todos esperamos en algún momento que a quien elegimos sea la persona correcta para estar en el cargo, o tal vez ahora esperamos que la persona que elegimos sea la menos incorrecta. Al menos hoy en día es lo que yo pensaría, pues no sabemos en este país cuál candidato sea el, como ya dije, menos incorrecto. ¿Es correcto lo que piensa hacer cuando llegue a tal puesto? Piénselo muy bien, seguramente no todos estarán de acuerdo con lo que usted quiera hacer, pero si sus intenciones son buenas, de seguro no tendrá a casi todo un país en su contra.
¿Hace esto por plata? Porque, si usted es, por ejemplo, un magistrado, usted se gana 9,6 millones, que, sumados con la prima especial, llega casi hasta el sueldo de un congresista, 24 millones de pesos. ¿Es eso para alguna fundación? Qué pregunta tan estúpida, ¿no? Obviamente no es para una fundación, todo es para tratar de llenar sus bolsillos rotos.
¿Sabía usted que, para este año 2015, el costo de la nómina pública es más o menos 25 billones de pesos? Cuánto de esto no será robado, me pregunto yo, tal vez por usted. Si su avaricia no es muy grande, tal vez no robe mucho, si lo es, estoy seguro que usted será capaz de robar miles de millones de pesos. Esta afirmación no es para alentarlo a hacer esto, es para que se dé cuenta de que, con esos 25 billones de pesos, mucha gente comerá y tratará de sobrevivir cada mes. Le recuerdo, una persona gana $644.350 pesos mensuales, y le dan la mitad cada quincena. Esto no es suficiente para vivir. Me pregunto yo, ¿cómo hacen esas personas que son padres solteros, ganan un mínimo, para sostener a su familia que, generalmente, son ellos y dos o tres hijos? Es impresionante como logran vivir.
¿Impuestos? A uno le da hasta pereza y tristeza pagar los servicios e impuestos—o ver que nuestros papás los paguen, en mi caso—, porque uno ya sabe que eso, lo más seguro, es que alguien como usted se lo vaya a robar. Tal vez si esa plata fuera de verdad para obras públicas y mejoras al sistema, uno pagaría con más entusiasmo, pero ¿para llenarle los bolsillos a un corrupto? No, nadie quiere hacer eso.
Y, a todo esto, ¿qué es la política? La palabra en si viene del griego politikós (πολιτικός), que significa “de los ciudadanos.” Se ocupa de resolver los problemas impuestos por la convivencia colectiva de una sociedad libre compuesta de personas libres. Busca el bien común, repartir esos recursos obtenidos de manera conjunta entre todos. ¿Es bien común que una persona del común gane un poco más de 600 mil pesos y usted gane millones de pesos? Hay muchas cosas en las que uno piensa cuando le hablan de política: corrupción, abuso de poder, amiguismo, etc. Todas estas creencias incorrectas de lo que es la verdadera política, pero entones podríamos preguntarle: ¿qué es la política para usted? ¿Se le olvidó lo que aprendió en la Universidad?
Imagino que estará pensando; “bueno, ¿y cuándo va a llegar al grano?” Lo que pasa es que “el grano” es todo lo que ha leído y leerá. Es exponerle a usted lo que está haciendo mal, para ver si es capaz de recapacitar y corregirlo, o al menos se da cuenta de que tiene una carga moral—si es que le queda algo de moral en su cuerpo—que le pesa en los hombros. ¿Se arrepentirá en su lecho de muerte esperando absolución y poder irse para “el cielo”? A mi me parece que eso no sirve, ¿qué bien hace arrepentirse tarde? Ninguno, lo que hizo ya no se puede revertir. Usted no es político, no llamemos más político a la mayoría de seres que tenemos en el poder en Colombia, usted es un politiquero. ¿Sabe qué es la politiquería? Es la degeneración de la política, es el aprovechamiento egoísta del poder por simple vanidad y enriquecimiento. ¿No es eso lo que usted hace? ¿Enriquecerse robando lo que el pueblo paga?
Creo que muchas de las personas que estudian Derecho hoy en día tienen la mentalidad de llegar a ser servidores públicos para cambiar las cosas. Pero, como ya mencioné antes, se vuelven politiqueros que buscan el beneficio propio por encima del de los demás, como dice, es necesario—interpretando a Maquiavelo y “El Príncipe”—que el líder sea “amado pero temido.” ¿Qué significa esto? Que conseguirá tener un gobierno bien tenido, significando que no robará los bienes, será justo, y todo eso. Pero, ¿es sólo culpa suya? No, eso hay que tenerlo en cuenta. El dinero corrompe. Y, si por ejemplo está el candidato ideal que piensa en el bien común, pero me va a dejar sin trabajo a mí, o a mis papás, o a alguien que me importa, pensaré que lo mejor es que él no suba al poder, la corrupción está ahí presente, en el pensar del bien personal. También el poder corrompe, y como dice ese dicho “el que no es torcido lo tuercen.”
¿Ha escuchado los términos cleptocracia o plutocracia? Creo que no, yo tampoco los había escuchado nunca. Seguro ha escuchado el término cleptómano, que es una persona que roba compulsivamente. De ahí el término cleptocracia. Entonces, una cleptocracia es, según sus raíces griegas, un gobierno de ladrones. El término plutocracia, sería el gobierno de los ricos. Podríamos decir que, en este momento, vivimos una plutocracia, ya que algunos de nuestros gobernantes pertenecen a las familias más importantes de nuestro país. ¿No era esto una democracia? Parece más una cleptocracia. Además de plutocracia, una cleptocracia.
Pero esta es nuestra realidad política, ¿no? La respuesta es no, porque, como ya dije anteriormente, nosotros no vivimos una política, vivimos politiquería. Y aunque puede que haya personas que trabajan para el Estado que no pertenecen a este grupo, la gran mayoría pertenece, son politiqueros. Hablamos mucho de Venezuela, de Ecuador, y de otros países con problemas políticos, pero nunca nos miramos a nosotros. “Qué tenaz lo que sucede en Venezuela,” pero no somos capaces de decir: “Qué tenaz lo que sucede en nuestro país.” Vivimos una realidad politiquera. Entonces, ¿cuál es nuestra realidad política? No hay, no tenemos realidad política, porque la política es muy poca.
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