Ejemplo de reconciliación
El amor es el alimento que hace crecer a los pueblos y el odio, el tósigo de los pequeños dioses. Si abrimos las páginas de la historia, jamás encontraremos que las grandes guerras entre los pueblos hayan nacido como fruto del amor. El combustible ha sido las desavenencias, las discordias, las rencillas, las ambiciones y el deseo patológico por el poder.
Desde luego, que no faltan los incendiarios, los nerones y los grandes líderes que como contraparte, disfrutan en medio del antagonismo creando violencia como algo connatural a su personalidad enfermiza.