¡Aleluya, aleluya!
¿No es mejor parar el fuego,
la guerra, no es diversión
que seguir jugando al juego
matando sin compasión ?
Que la violencia se acabe,
que empecemos a gozar
porque esto no es cosa suave
ni un jueguito muy solaz,
ya es tiempo de disfrutar
de lo que llamamos… paz.
Duele, “ con dolor de patria”, que nuestro país, un pueblo de gente buena, pacífica y cristiana, sea uno de los más violentos de la tierra por la ambición, deseo de poder, por la búsqueda de reconocimiento social y falta de sensibilidad social.