El embarque, faena que termina en la Plaza
Fecha Publicación:
Domingo, Enero 10, 2016
EL PREGONERO | MANIZALES
Banquero, marcado con el 472 e hijo de Cubanito, hace parte del encierro de la ganadería de los Herederos de Ernesto Gutiérrez que lidiarán hoy los toreros Enrique Ponce y Julián López 'El Juli', en la Plaza de Toros de Manizales. Ayer, durante el embarque, este toro dio lidia para llevarlo a los corrales.
A las 7:00 de la mañana, en la Hacienda La Esperanza, propiedad del ganadero Miguel Gutiérrez, la expectativa y el afán merodeaban en el ambiente. Miguel y su hijo, Marcelo, preparan el que va a ser el último encierro de la 61 Temporada Taurina de Manizales.
La selección de los toros estuvo acordada meses atrás. Faltaba la parte final, el embarque de los astados y el descargue en los corrales de la Plaza. Esa sí que es una faena.
A las 7:46 a.m., Miguel y Marcelo, junto con el mayoral y siete vaqueros más, montan los caballos con rumbo a los potreros. 11 minutos después las voces de los hombres arreando los animales anuncian la llegada. Los astados, negros como el azabache, no están solos. Diez bueyes hembras "los arropan", término que - según los ganaderos - indica que estos últimos también los guían.
"¡Toros!", anuncia un médico veterinario para que los espectadores, ubicados en tres balcones junto a los corrales por donde pasan las reses, permanezcan ocultos y en silencio.
El silbido constante y potente del arreo y el latigazo del zurriago cuando golpea el pasto se confunde con el mugir de los astados y los bueyes.
Unos "¡arre, arre!" los apura hasta pasar por la primera puerta. Los hombres se apean de los caballos y con paso rápido toman sus posiciones. Es una carrera contra el tiempo y un compás que debe jugar a su favor. Abren y cierran puertas, para mover los toros a un nuevo corral y sacar los bueyes.
Los vaqueros se trepan por los cercos de madera, con la habilidad de un malabarista. Corren, arrean, silban, se ocultan tras un burladero, mientras Miguel y Marcelo ascienden a los balcones para apoyar la labor hasta conducirlos al segundo corral, cercado por muros y al final por barras de metal.
Tandas
De nuevo, y como si fuera un ritual, los hombres se suben a sus caballos. Es la segunda tanda del encierro. Salen de nuevo y a los 15 minutos regresan. La puerta del primer corral, cercano a los balcones, queda abierta y el ejemplar 472, Banquero, se devuelve y emprende rauda carrera.
Los vaqueros hacen gala de su destreza y lo traen de nuevo. Esta vez llega enlazado y rodeado de bueyes, vacas y terneros. Todos mugen, mientras Miguel y Marcelo, en los balcones, toman cada uno una vara para apoyar la tarea. El silencio de los asistentes es cómplice del momento.
Los resuellos del animal demuestran su inquietud. Esperan que se calme y ahí es cuando la magia aparece: Vaqueros y algunos asistentes en los balcones comienzan un murmullo como si fuera un arrullo. El animal se calma y al despejar la entrada lo invitan a pasar con suave expresiones: "shiiitt", "bonito", "niño", "puerta". El animal los observa, titubea un momento, y luego cruza las cuatro siguientes puertas que lo llevan a la báscula.
Continúa la selección. Verifican los números y los separan. Uno a uno siguen la ruta que hizo Banquero. Se dan su tiempo y algunos con más calma que otros, cruzan las puertas que los conducen hasta la báscula y por último al camión.
En todo este proceso, la presencia del extorero César Camacho, representante de la empresa Cormanizales, es fundamental. Está pendiente de los toros, camina de un balcón a otro observándolos sin perder detalle. Se agacha, mira y pregunta. El embarque termina, ahora rumbo la Plaza de Toros.
A la 1:00 de la tarde ingresa el camión al coso, luego de un viaje de 45 minutos desde La Esperanza. Marcelo y un ayudante preparan el comedero y el abrevadero y luego descienden uno a uno los siete toros, seis que que hoy se lidiarán en el mano a mano entre matadores españoles y el otro, que es el toro sobrero.
Embarcar el toro es importante para el ganadero porque es el momento de entregar su producto a la empresa que los compra. Por lo general es un evento con asistencia de pocas personas.
El toro es del ganadero hasta que se monta al camión, a partir de allí es de un tercero, en este caso, Cormanizales. No obstante, es el ganadero quien lo cuida hasta que sale al ruedo.
Miguel y Marcelo detallan los ejemplares.
En el primer corral.
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