Comunión y caballos
Fecha Publicación:
Jueves, Enero 7, 2016
Foto | Efe | LA PATRIA
Diego Ventura tomó la alternativa como rejoneador el 13 de septiembre de 1998 en Valencia (España).
Luis F. Molina
EL PREGONERO | Manizales
El rejoneo es un espectáculo. Hace vibrar a los tendidos con la conjunción toro, caballo, rejoneador y afición. Si alguno falla, la cadena puede romperse, desconectar al público y desubicar al toro.
Diego Ventura trajo su cuadra a Manizales para lucirse en el redondel local durante el encierro de hoy.
Su intención está en la búsqueda indudable del triunfo. El martes pasado asistió a la plaza para apoyar a su amigo Willy Rodríguez. Caminó por el callejón mientras Rodríguez cabalgaba ante difíciles ejemplares.
“Igual que todo en el toreo, el rejoneo tiene mucha importancia. Hay que dominar a dos animales y no siempre se pueden poner de acuerdo, para eso están los dotes del jinete”, apunta Ventura.
Agrega que ocultar los defectos del toro y saberle dar una lidia a cada ejemplar son otros de los apuros que puede encontrar un rejoneador.
Jinete
La doma es el pilar del rejoneo. La presteza del caballo en comunión con el galope continuo del toro dan pie a los ole en los tendidos. “Todo se crea a base de muchas horas y sacrificio. Además de unos dotes, pues se debe tener un don especial para llegar a los niveles en los que se torea. Se entrena a diario para que los caballos confíen, pues cuando no se confía en el animal en ningún momento se va seguro”, señala el rejoneador.
Por eso se escuchan en las graderías los comentarios de admiración por la belleza de los equinos y por la doma con la que se embellece y se engalana el toreo a caballo, en momentos tan determinantes como las banderillas cortas o el rejón de muerte.
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