Luis Alfonso Acevedo Londoño, de 45 años, era de los papás de la mina, junto a La Abuela. Alfonsito, como lo conocían, era un contador de historias. Se sentaba a orillas del río a echarles cuentos a sus compañeros que, sin pereza, lo oían y disfrutaban de su chispa y alegría.
"Tenía una gracia inigualable al hablar. Nos contaba historias de minería y hablaba, por ejemplo, de cuando estuvo en La Garrucha (Marmato) y casi queda sepultado. Nos dijo que fue un susto impresionante y que lo mejor es que logró ayudar a muchas personas". Los mineros le formaban corrillo para oírlo, pues, además, era de los más alegres de la mina.
CLIC AQUÍ PARA REGRESAR AL INFORME ESPECIAL: La familia bajo la tierra de El Playón (Riosucio)
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015