45 grados de temperatura calientan la arena de las playas salvadoreñas y la madera sobre la cual trabajan los 220 ‘obreros’ detrás del ‘Desafío 2012’. Al acecho, mosquitos, alacranes y culebras, buscan entorpecer aún más la labor, en un tenso ambiente en el que los conflictos y diferencias están a la orden del día.
Allí está el otro reality, el de todo un equipo de producción gracias al cual cada noche cientos de televisores en Colombia podrán sintonizarse con ‘El Fin del Mundo’, la versión con la que este fin de semana regresa el reality ‘Desafío’, grabado este año en las playas de la costa pacífica de El Salvador.
En este ritual conmemorativo del calendario Maya, no solo participan 36 concursantes de las más importantes regiones de nuestro país. En las cálidas arenas de esa nación centroamericana, 120 colombianos y 100 salvadoreños se pasean durante casi 12 horas diarias para llevar apenas 60 minutos de aventura al día a las pantallas del Canal Caracol.
Ese otro reality detrás de las cámaras también está cargado de historias, conflictos y emociones que son perdidos de vista cuando se apaga el televisor.
“120 colombianos en otro país a 3500 kilómetros de distancia conviven durante dos meses y medio con la dificultad de adaptarse a un nuevo hogar, lejos de sus familias y enfrentando problemas personales y adversidades del clima y el territorio”, así describe el director de ‘El Desafío 2012’, Pablo Garro, ‘el reality de este lado’. Ese que vive su equipo de trabajo durante los cerca de 100 días en que en la colonia colombiana se traslada al noroccidente salvadoreño para sacar adelante el programa.
Explica Garro que, tal como sucede con los participantes del reality, ellos también tienen que afrontar la convivencia con personas desconocidas tanto en el hotel como en el espacio de trabajo en las playas. Dice también que se presentan diferencias que podrían afectar el ritmo de trabajo.
“Los pequeños conflictos cotidianos de cada quien en Colombia se terminan al llegar a casa, aquí no es así. Nosotros estamos en un hotel conviviendo las 24 horas del día, durante 90 días. Por eso, los problemas hay que detectarlos y enseguida tratar solucionarlos”, comenta.
El reportero gráfico del Desafío, Daniel García, rescata que aquí se establecen lazos afectivos y se forma una nueva familia, y que por ejemplo, él celebró su cumpleaños en la playa con sus compañeros, divirtiéndose en una de las piscinas de lodo de las pruebas. “Si uno entra con la tónica de ‘yo no vine hacer amigos’ se jode y termina loco”, dice.
Pero sin lugar a dudas, lo más duro para el equipo de trabajo son las condiciones climáticas a las que se tiene que enfrentar, con temperaturas de hasta 45 grados centígrados y tormentas eléctricas riesgosas por la presencia en la zona de árboles y equipos que atraen los rayos, como las grúas que soportan las cámaras.
“Un día grabando cayó una tormenta eléctrica que sabíamos que no iba a parar. Nos faltaban 15 minutos de grabación y la decisión fue seguir, salvaguardados por los toldos que teníamos en la playa”, relata la asistente de dirección, María Paula Monroy, quien recuerda que Margarita Rosa de Francisco terminó empapada de pies a cabeza presentando ese programa.
“La experiencia va más allá y no es tan fácil de hacer como la gente dice”, precisa Margarita Rosa.
En ello coincide la presentadora de farándula Pilar Schmitt, quien desde hace un mes convive con el equipo de trabajo en el hotel y en las playas, con la misión de registrar paso a paso el reality para su sección del noticiero en el Canal Caracol.
“Ha sido un clima agreste de 44 grados a veces, la arena de la playa hierve porque es arena volcánica. Nos encontramos con espinas grandísimas, alacranes, hormigas, culebras. Madrugamos mucho y estamos todo el día en la playa sin que haya sombra. Todo es rayo de sol o aguacero, aquí todo son los extremos. Como en el juego, aquí no hay playa media”, narra la periodista.
La jornada diaria de trabajo para todo el grupo de producción se inicia hacia las 4:00 de la mañana con todo el equipo en pie y el desayuno de las 6:00 de la mañana en alguno de los siete restaurantes del hotel Royal Decameron Salinitas, en el que se hospeda el grupo.
De allí, uno a uno parten en furgonetas cerca de 100 trabajadores colombianos (camarógrafos, productores, fotógrafos, carpinteros, obreros) hasta cada una de las cinco playas del reality (tres de pruebas, una que representa playa baja y otra para playa baja), en viajes que duran aproximadamente una hora y media
En camionetas y escoltados por otra parte del equipo de producción, son embarcados los cimientos, andamios, cuerdas, tuercas, tornillos, herramientas y estructuras en general para armar las pruebas en dos de las playas, mientras que al otro escenario se transporta el grupo principal de grabación (director, productor, coordinador de juegos, presentadores.) y los respectivos equipos para el rodaje de un día de competencias.
En las dos playas trabaja un equipo base de 13 personas, promedio (9 salvadoreños y 4 colombianos), transportando y montando las estructuras de las pruebas durante dos días y al tercero, la tercera playa recibe el día de competencias.
Hacia las 8:00 de la mañana de ese día, el director Pablo Garro llega a la playa a la que le corresponden las pruebas. Allí, junto a los coordinadores del escenario, recuerda la dinámica de los juegos, los cuales fueron creados por un equipo de especialistas y socializados con toda la producción en la reunión semanal.
Pablo procede entonces a hacer el diagrama con la posición de las ocho cámaras, las luces y el sonido y se lo pasa al equipo para que comience con el montaje de dichos equipos.
Transcurren entre 40 y 50 minutos y Margarita Rosa de Francisco llega a la playa con el libreto que ha venido memorizando dos horas y media atrás, cuando el grupo creativo ultimó detalles y lo dejó en sus manos.
Minutos más tarde arriba un número de participantes que se determina con el tipo de prueba (desafíos territorial, de salvación, a muerte, final, de capitanes y gran desafío) y el equipo de rodaje enfila sus armas para registrar los pormenores de las competencias. Estas son el fuerte del reality, pues representan alrededor del 85% de lo que los televidentes observan cada noche en la comodidad de sus hogares.
Entre 15 minutos y dos horas y media tardan las pruebas, luego de las cuales los participantes regresan a sus playas dándole espacio al equipo de producción (de las tres playas de competencias) para la hora del almuerzo y el acostumbrado ‘picadito’ del entretiempo diario: un partido de fútbol entre Colombia y El Salvador que casi siempre favorece a los locales.
En la tarde se hace la otra prueba bajo la misma dinámica de la mañana y el equipo de producción y rodaje regresa hacia las 7:00 de la noche al hotel Decameron a prepararse para la jornada del día siguiente. “Se nos repite el mismo día todos los días”, dice Juan Manuel Rosales, libretista del reality.
El Desafío 2012: El fin del Mundo cuenta con un equipo general de producción, arte, juegos, dirección y contenido, entre los que se cuentan 15 camarógrafos, 14 sonidistas, y 15 productores.
Los 36 participantes que inician en el reality (18 mujeres y 18 hombres) son distribuidos en seis grupos que representan a las principales regiones colombianas (antioqueños, vallecaucanos, santandereanos, costeños, cafeteros y cachacos) bajo la temática de los guerreros y pueblos maya.
En las playas de Miravalles, Barraciega y El Flor se montan y se graban las competencias, que este año prometen un mayor grado de dificultad y serán más duras por las condiciones climáticas de esas zonas.
En una zona conocida como Los Almendros están las cinco playas bajas (Playas infierno) en las que convivirán los grupos que pierdan el desafío territorial. En una zona llamada Garita Palmera estará la casa de lujo (piscina, spa, refrigerador con todo tipo de alimentos y licores) que representará ‘El Paraíso’, la recompensa para los ganadores de dicho desafío.
Una profesora de física, una modelo, un cantante, una patinadora profesional, una triatleta y hasta un sacerdote viven desde mediados de abril esta aventura de 54 días que se comenzó a transmitir desde ayer por el Canal Caracol y durante cerca de cuatro meses en 94 capítulos.
El premio de este año será el más grande que haya entregado el reality en sus nueve versiones: 600 millones de pesos para el ganador y 200 millones repartidos entre los capitanes de los equipos.
El Desafío 2012: El fin del Mundo cuenta con un equipo general de producción, arte, juegos, dirección y contenido, entre los que se cuentan 15 camarógrafos, 14 sonidistas, y 15 productores.
Todo el equipo se aloja en lujosos hoteles.
El premio de este año será el más grande que haya entregado el reality en sus nueve versiones: 600 millones de pesos.
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