COLPRENSA | BOGOTÁ
El comediante Eugenio Derbez llegó por todo lo alto a las pantallas de cine en Colombia con No se aceptan devoluciones, película que ha sido la más taquillera de habla hispana de la historia en Estados Unidos y México, y que en Colombia ha convocado, en sus primeras semanas, a 1.052.471 espectadores.
La cinta protagonizada, dirigida y coescrita por Derbez, cuenta la historia de Valentín, un hombre mujeriego y con terror al compromiso, que inesperadamente se tiene que hacer cargo de la mujer de su vida, su hija. Decidido a continuar con su camino emprende un viaje a Los Ángeles con la niña para devolverla a su madre. Durante su aventura Valentín sufre una profunda transformación.
Eugenio Derbez contó su experiencia como director, y contó cuales fueron los retos que tuvo que afrontar para llegar a este éxito internacional.
- ¿Por qué decide hacer una película de amor?
Cuando me senté a escribir la película pensé que quería hacer algo por el estilo de ‘La vida es bella’ o ‘Cinema Paradiso’, un cine que tuviera mucha comedia, pero al mismo tiempo mucho corazón.
- ¿A qué atribuye el éxito de su película?
No sé si exista algún factor en especial, lo que sí puedo decir es que desde el día del estreno ha sido una sorpresa para mí; las cifras no dejan de darnos sorpresas, es la película hispana más vista en la historia estadounidense y así mismo sucedió cuando se estrenó en México. Ahora que sé que en Colombia también gustó, no tengo cómo agradecerle a la gente que está llenando las salas. Creería que ese factor podría resumirse en doce años de trabajo, de cuidar un guión, de cuidar una historia, de cuidar una película como ninguna otra.
- ¿Por qué tardó tantos años la realización de la película?
Una de las cosas que he notado en toda mi carrera es que te llaman y te dicen “vamos a hacer una película para mañana, para el otro mes, para ya” y creo que ese ha sido un gran error del cine latinoamericano. No quisimos hacer nada hasta no tener un guión sólido y ahora es cuando se ven las consecuencias de entregarle a la gente un trabajo de calidad.
- ¿También se debe a problemas con la financiación?
Sí. En México hacer una película significa hacer una inversión de dos millones de dólares como máximo, mi película costó cinco millones y medio de dólares. En ese proceso de conseguir el dinero hubo mucha gente que me decía “tienes que bajarle el presupuesto”, otros me cerraron las puertas, no creían en el éxito de la película.
- ¿Cómo reciben esos productores hoy en día su trabajo?
Cambió mucho su perspectiva, ahora me llaman, ahora quieren hacer películas. Me sorprendió cómo dos días después del estreno en Estados Unidos recibí llamadas y emails de gente que había buscado toda mi vida y de repente aparece. En lugar de sentir gusto, me dio mucha tristeza; darme cuenta que eres o vales según lo que produces, es una sensación agridulce.
- ¿Qué hubiera pasado si hubiera aceptado hacer la película con menos presupuesto?
Durante muchísimos años me insistieron que le bajara al presupuesto, decían que la modificara, que no la rodara en Estados Unidos sino en México, que la mamá no fuera gringa sino mexicana; pero estaba seguro de que no sería la misma historia. Me dijeron que no podría grabarla sin hacerle esos cambios y aun así nunca acepté, porque cambiar la película sería traicionarme a mí mismo. Hoy veo todo ese esfuerzo recompensado no en fama ni en dinero, sino en una película hecha como siempre quise hacerla.
- ¿Siempre tuvo claro que quería dirigir la película?
Sabía que iba a actuarla, pero la dirección llegó el último año, cuando vimos que los directores no podían hacerla por las fechas de rodaje y también porque no entendían el sentido del guión. Fue un reto profesional haber asumido los dos roles.
- Como director, ¿fue un reto educar a una actriz natural tan pequeña como Loreto Peralta, Maggie?
Precisamente una de las cosas que más tiempo me llevó fue aprender cómo manejar niños; por un lado, un par de años antes me reuní con directores que habían trabajado con niños y les pedí muchos tip para saber a qué problemas me iba a enfrentar, cómo podría manejarlos y llegué preparado al set. Por otro lado, debo confesar que Loreto es una niña que me cayó del cielo, porque no todos los días encuentras ese talento y esa disposición, ella nunca estuvo cansada, nunca dijo que no, nunca hizo un berrinche, es impresionante su profesionalismo.
- ¿Modificó mucho la historia el haber cambiado al protagonista, que en un principio sería un niño, por Loreto?
No mucho, el problema era que faltando dos semanas para iniciar el rodaje, aún no teníamos al protagonista, así que decidí publicar en Twitter que necesitábamos un niño o niña que hablara inglés y español perfectamente y así fue como llegó Loreto. Solo cambiamos una escena en la que yo jugaba en la tina con el que sería mi hijo, no encajaba.
- La prensa mexicana siempre lo ha catalogado como un hombre que le teme al compromiso. ¿Haber hecho la película cambió su perspectiva?
Sí. De hecho, justo cuando cumplí 11 años de estar escribiendo el guión, decidí enfrentar el compromiso y acabé tomando la decisión de casarme y de ser padre.
- Usted fue padre por primera vez a los 22 años ¿Cómo vivirá esta paternidad?
Estoy viviendo una experiencia totalmente diferente, porque mi esposa nunca había sido madre y estamos muy emocionados por la llegada del bebé. Yo ya había sido padre, pero un padre ausente, porque mi trabajo y mi vida estaban centradas en otras cosas diferentes a la paternidad. Ahora puedo decir que estoy en una etapa totalmente distinta, cuando puedo tener más madurez y voy a disfrutar más el ser padre que cuando tuve a mis otros hijos.
Nuevos proyectos
- ¿De qué se trata la nueva campaña que adelanta con P&G? ¿Podrá traerlo de visita a Colombia?
Estamos preparando una campaña con la que a partir de mayo vamos a estar muy cerca del Mundial y del fútbol. Por ahora espero estar de visita en Colombia para agradecer a todos por su respuesta a la película, probablemente sea el vocero de esa campaña mundialista en ese hermoso país.
- ¿En el campo profesional qué sueño le falta por cumplir?
Después de haber dirigido una película no quisiera pedir mucho, pero creo que el sueño que me falta por cumplir sería hacer una carrera en Estados Unidos.
Debut
En su debut como director Eugenio Derbez rompió el récord de espectadores en la historia del cine en México, con 3.336.071 asistentes en su primer fin de semana en cartelera, según datos de la Cámara Nacional de la Industria del Cine (Canacine).
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