Solo a través del arte Sandro Romero Rey encontró la forma de soportar la evidencia de lo ineluctable. Fue un joven de izquierda entre los 14 y los 18 años. Dejó de creer en la izquierda porque su ferocidad le pareció tan irracional como la de la derecha. Conformó el denominado Grupo de Cali al que él le dio el nombre de Caliwood, del que eran miembros Luis Ospina, Andrés Caicedo y Ramiro Arbeláez. Se autodenominaron así para hacer rabiar a los envidiosos.
Es un hombre de cine, televisión, literatura y música, precisamente de música es de lo que habló en esta entrevista. Esta promocionando su más reciente libro Piedra sobre piedra, confesiones de un adicto a los Rolling Stones, un testimonio desesperado tras perseguir, durante 25 años, el sonido de sus delirios.
El entusiasmo del autor comenzó cuando era un niño, en 1970, un año después de la trágica muerte del guitarrista Brian Jones. Lo que empezó siendo una curiosidad terminó convirtiéndose en una de las tantas razones por las cuales Romero Rey debería permanecer de pie. En apariencia, nada más lejano al rock que Cali, la ciudad que lo vio nacer. Sin embargo, allí se fraguó su entusiasmo y, cuando tuvo la edad de merecerlo, comenzó a viajar por el mundo, persiguiendo a Mick Jagger.
Los ha visto en New York y en Newark, en Barcelona y en París, en sistema Imax y en proyecciones caseras. Con los años, atesora una colección a la que debió darle alguna salida decente, antes de volverse loco. He ahí la razón central del libro.
Es una suerte de autobiografía con un preciso fondo musical. Tiene recuerdos del Steel Wheels Tour de 1989 y del Voodoo Lounge Tour de 1994. Hay reflexiones exhaustivas sobre los films stonianos y comentarios apasionados sobre los libros de la banda. Hay, cómo no, relatos autobiográficos y ficciones delirantes sobre la presencia de los Rolling Stones en el estadio Pascual Guerrero de Cali.
Rolinga
- ¿Cómo se convirtió en un rolinga?
En Cali, a los 11 años de edad, por culpa de un disco, con carátula octogonal, titulado Through The Past, Darkly, comprado en los desaparecidos almacenes Sears, por mi también desaparecido padre, don Daniel Romero Lozano. Desde que lo oí por primera vez, comenzó una adicción que aún no cesa.
- ¿Piedra sobre piedra clasificaría en un género literario?
Cada vez que me hablan de clasificaciones procuro romperlas. Ni en el arte, ni en la literatura se valen las etiquetas. Ese es un recurso para críticos cuadriculados o para colegiales de afán. Pienso en los libros de Guillermo Cabrera Infante como Mi música extremada, El libro de las ciudades o Mea Cuba donde no hay géneros sino profundos divertimentos literarios.
- ¿En el libro hay un capítulo dedicado a los acetatos de Andrés Caicedo, ¿qué tan fanático era él de los Rolling Stones?
Andrés Caicedo estaba entre los colombianos que más sabía de los Stones. Por desgracia, solo alcanzó a conocer hasta el álbum Black & Blue de 1976, puesto que decidió hacer mutis por el foro un año después. Es una lástima que se haya perdido de los prodigios posteriores.
- ¿Su mayor locura por los Stones?
Ir a nueve conciertos, escribir cinco libros donde ellos son coprotagonistas, tener toda su discografía, incluidos sus álbumes que aún no han sacado, gastarme mi mala fortuna en libros relacionados con el tema, tener al menos dos de sus películas dentro de la lista de films que me llevaría a la isla desierta.
- ¿Qué anécdotas han marcado su vida gracias a la música de los Rolling Stones?
Cada vez que escucho una canción de los Rolling Stones aparece una nueva anécdota en mi vida relacionada con la felicidad.
-¿Cuál cree que es la razón para que en esta época no existan bandas como los Stones ni estrellas de rock como Mick Jagger?
Sí existen, y muchos. Lo que pasa es que nadie tiene 71 años y sigue cantando con semejante energía sobre los escenarios como lo hace él con sus viejos muchachos. Repetiría la frase reciente de Diego A. Manrique en El País de España: el cuerpo del cantante de los Rolling Stones lo deberían donar para la ciencia, como el cerebro de Einstein.
- ¿Recomienda leer Piedra sobre Piedra mientras se escuchan las canciones de las que usted hace referencia en el libro?
Que cada cual organice su fiesta de la lectura como mejor le plazca. A mí me resultaba imposible oír música mientras escribía, pero ahora me está pareciendo un recurso muy potente. Si el lector no conoce las canciones, el libro le servirá de guía. Si el lector se las sabe de memoria, el libro le resultará un pretexto para la celebración.
Teatro
- ¿Cuál es la importancia de la música en el teatro?
Cada vez se borran más las fronteras entre las artes. La música coexiste con el teatro desde que el mundo es mundo. Cada puesta en escena tiene su propia banda sonora interior. En mi caso, la música ha estado siempre presente y no siempre el rock.
-¿Recuerda su primera obra rock?
En 2003 estrené mi obra Nuestra Señora de los Remedios, acerca de un hombre de 40 años, condenado a enamorarse de todas las mujeres, obsesionado por un grupo de rock no tan imaginario llamado Los Silver. La banda sonora original de aquella puesta en escena fue compuesta por el músico Nicolás Uribe.
- En Manizales vimos un trabajo suyo por última vez con Pharmakon, ¿le gustaría volver a presentar una obra en Manizales?
Al Festival de Teatro de Manizales estoy yendo desde que era un niño, a comienzos de los años setenta. Dicho Festival tiene para mí una significación casi mágica, porque fue el primer evento de carácter internacional donde veía puestas en escena hasta altas horas de la madrugada. Pharmakon, el montaje que hice con Alejandra Borrero, a partir de un texto de nuestro amigo desaparecido Carlos Mayolo, tuvo una presentación memorable en Manizales. Estoy haciendo cola para regresar en cualquier momento. Ojalá sea muy pronto.
- ¿Qué imagen se llevó del Festival y qué opinión tiene de él?
Es un evento esencial en mi vida, como el Festival Iberoamericano de Bogotá o la Fiesta de las Artes Escénicas de Medellín. Son acontecimientos capitales en la cultura de mi país. Los vivo y los disfruto porque buena parte de mi vida tiene que suceder en un escenario.
Escritor, director de teatro, realizador, guionista y productor de radio, cine y televisión. Ha combinado estas actividades con la docencia y el periodismo cultural. Licenciado en teatro por el Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali. Máster en Artes Escénicas de la Universidad de París VIII (Francia). Estudios doctorales en la Universidad de Barcelona. Profesor del programa de Artes Escénicas de la Facultad de Artes (ASAB) de la Universidad Francisco José de Caldas de Bogotá. Profesor invitado de la Maestría de Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia. Ha dirigido cerca de 40 montajes teatrales, así como documentales. Ha recibido distintos premios y menciones por su obra cinematográfica, literaria y teatral. Algunas de sus publicaciones:
* Oraciones a una película virgen (novela, 1993).
* Mick Jagger: el rock suena, piedras trae (biografía, 2004).
* Las ceremonias del deseo (libro de cuentos, 2004)
* Andrés Caicedo o la muerte sin sosiego (ensayo, 2008).
* Clock Around The Rock (Crónicas de un fan fatal) (crónicas, 2009).
* El miedo a la oscuridad (novela, 2010).
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