
Una de las grandes leyendas de la salsa estuvo hace poco en Colombia para deleitarnos con las melodías que a lo largo de varias décadas nos han puesto a bailar, y que nos recuerdan las experiencias del amor, el desamor y la cotidianidad de la calle.
Willie Colón habló con Q’HUBO sobre los gratos recuerdos que tiene de su gran escuela: la Fania All Stars.
¿Todavía lo llaman el ‘Malo del Bronx?
Sí. Esa es mi marca. Muchos de mis fans son de la vieja guardia, me conocieron así y ahora muchos de ellos son los que de alguna manera están promoviendo la salsa, ya sea en medios de comunicación o en sus familias. Y me dan a conocer con ese sobrenombre a las nuevas generaciones.
¿Por qué ese apodo?
Porque crecí en El Bronx de Nueva York (EE.UU.) en la década de los 50. Siempre ha sido un barrio bravo y en aquella época éramos pocos los latinos allí; la mayoría eran italianos o irlandeses. Yo era el único varón de la casa y mi abuelita y mi mamá no podían estar todo el tiempo conmigo para protegerme de las pandillas. Así, con ocho o 10 años ya tenía que valerme por mí mismo en las calles. Si estabas en esa situación, o te volvías malo o se te comían los dulces. Fue algo de supervivencia.
¿Cuál ha sido su secreto para inmortalizarse como leyenda de la salsa?
Dos: la frescura y la innovación. En la Fania yo mezclaba ritmos, cosa que los músicos ortodoxos de la época no se atrevían a hacer. Incluso, cuando les hablaba de mis ideas me decían que no se podía tocar así.
Yo les decía que sí, lo hacía y las cosas se fueron dando. No es una receta que se pueda repetir. Fue un fenómeno único y soy muy afortunado de haberlo vivido y haber sido parte de él.
¿Cuáles son sus recuerdos más gratos de Héctor Lavoe?
Héctor llegó con una chispa y una personalidad únicas. Su talento innato le cambió el rumbo a la salsa. Era alguien que estaba dispuesto a arriesgar su dinero. Tenía hambre de un ritmo nuevo y ambos mezclamos e innovamos.
¿Cuál es su canción más querida y por qué?
Idilio es una de mis favoritas: simplemente me gusta. Aunque hay canciones que me han abierto puertas, otras que me traen gratos recuerdos y algunas más que me regalaron fama y fortuna.
¿Cómo ve la salsa hoy?
Perdió su esencia cuando los pequeños sellos discográficos desaparecieron tras ser comprados por las grandes corporaciones. Antes la salsa era música de taller: dos o más músicos se reunían y creaban algo nuevo y fresco, competían por crear algo original que los identificara ante el público. Ahora todo es lo mismo: canciones de amor.
Y no es que el amor sea malo, es solo que ya no hay cuentos, no hay historias. Creo que por eso las nuevas generaciones están redescubriendo la salsa vieja, esa que contaba historias de la calle.
El dato
El 5 de enero de este año Willie Colón visitó por primera vez Manizales.
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