
COLPRENSA | LA PATRIA
La etnia nativa Arhuaca (también conocida como Ika), se ha ubicado desde la época prehispánica, como una división de los indígenas Tairona, en las cuencas altas de los ríos Aracataca, Fundación y Ariguaní en la vertiente occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta (Llamado por ellos Nabusimake).
Arhuaco, como se les ha llamado generalmente a los Ika, fue acuñado por los españoles para denominar a la región situada en la vertiente sur del macizo, diferenciándola de otras provincias como la Tairona y Chimila.
La comunidad se diferencia del resto de la sociedad como hermanos mayores y hermanos menores, donde los primeros son los nativos y los segundos las personas que llegan después. La diferencia entre los dos grupos la da el conocimiento sobre la naturaleza. Los hermanos mayores velan porque el ciclo cósmico tenga un buen desarrollo para que las enfermedades no destruyan la vida de los hombres; para que las cosechas sean buenas.
En dicha cultura la cabeza de la estructura social está representada por el Mamo, quien también tiene a su cargo las decisiones del cabildo. El máximo líder tiene la labor de decidir sobre las relaciones entre parejas, este tiene la potestad de casar y separar a personas de su comunidad. También, con su autorización las Waty (mujeres arwacas) pueden casarse jóvenes. Este también sugiere los nombres de los bebés que nacen dentro de la tribu.
Los saberes son compartidos de generación en generación, pero la infancia no es tan relevante como para las culturas occidentales. Sin embargo, el cuidado está a cargo de la madre del niño, labor que es compartida con las niñas de la familia. Estas transportan a los bebés en una mochila que cuelgan en sus cabezas. Los hombres en el inicio de la vida tienen la labor de ayudar en los trabajos de parto.
Tejido de mochilas
Una característica llamativa de los Arhuacos es el tejido de las mochilas. De acuerdo a la tradición el primer tejido que hace una niña lo debe llevar ante el MAMU para que dé el permiso y ella se comprometa a ser una buena tejedora y pueda transmitir los conocimientos del arte de tejer a sus hijas.
Cuando el hombre y la mujer arhuaca deciden unirse, ella elabora dos mochilas, una para ella y otra para él, como símbolo de amor de pareja. Cada puntada de una mochila simboliza el pensamiento del quehacer diario de la mujer, para ella es motivo de orgullo y de respeto presentar la mochila ya elaborada ante la familia y en señal de madurez ante su posible compañero.
La mochila es elaborada en tres materiales: En fique, algodón y lana de ovejo. La del uso personal de la mujer es elaborada en fique y en algodón la personal del Mamu.
El hilo de este elemento para la sabiduría arhuaca significa el tiempo que se divide en positivo y negativo.
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