Dos años después de su muerte, sigue sonando la música de Helenita Vargas en el país. La cantante de música popular sigue vigente, gracias a la exitosa serie de Caracol, que millones de colombianos ven, noche tras noche.
Pero Helenita vive sobre todo en su hija Pilar. Tener cerca a Pilar es como estar con Helenita. Su voz, su sentido del humor, su inteligencia, su vitalidad. Pilar es una versión renovada de la inolvidable ronca. Y es tan ronca como su madre.
Sobre la producción, sobre un libro que prepara y sobre su vida, hablamos con el clon de Helenita Vargas.
- ¿Qué la motivó a hacer una serie de televisión sobre la vida de su mamá?
Todo inició en el 2010. En la casa de mi mamá había un baúl grande lleno de fotos de ella, de su carrera, de su vida. Al descubrir eso le dije a mi tía la Monjis qué vamos a hacer con todas estas fotos. Entonces se me ocurrió hacer un libro con la vida de Helenita Vargas. Al otro día fuimos a visitar a mi mamá, se las llevamos, le contamos la idea y le pareció regio. Pero ella no quería una biografía porque creía que su vida había sido muy normal y que no había mucho que contar. Arranqué a hacer el libro y lo suspendí cuando ella se enfermó. Lo retomé luego de que ella falleció y en una de mis idas a Bogotá surgió la idea de hacer algo en televisión, porque a Caracol le interesó el proyecto.
- ¿Cómo fue el proceso?
Nos reunimos con la gente de Caracol y con Clara María Ochoa, dueña de CMO, la productora, me dijeron ‘trae todo, fotos, audios, y a la Monjis. Estábamos en plena entrevista y me preguntaron cómo se conocieron mi mamá y mi papá Gonzalo Zafra, y yo les conté que se conocieron porque a mi mamá se le enfermó la muchacha y se saltó la fila para que la viera el médico, que era Gonzalo y él, que era muy serio, la mandó a hacer la cola como todo el mundo. Pero luego la Monjis me corrigió y dijo, “eso no fue así. Lo que ocurrió es que usted se cayó, se reventó la boca y su mamá la llevó donde Gonzalo, que no la quiso atender de primera, le dijo que hiciera la cola y así es como se conocieron”. Clara María Ochoa quedó encantada con la ‘Monjis’ y me dijo que ella era la primera que tenía que estar en la novela.
La Monjis ha sido vital para contar la historia. De ahí salió la serie, obviamente el libro se paró porque yo me metí de lleno a trabajar en la serie.
-Hablando de la producción, ¿Qué fue lo que más le gustó y lo que menos?
A mí me gusta todo. CMO ha hecho un trabajo espectacular en cuanto al elenco, los escenarios, los carros de época, el vestuario... la metió toda. No hay nada que me haya disgustado, porque desde el principio se ha tenido muy claro que esta no es la biografía de mi mamá, esta no es la vida de mi mamá. Es una serie de ficción que gira alrededor de la música de mi mamá, y alrededor de esa música se han creado escenas para que vayan con esa música. Y es la historia de amor de mi mamá y de mi papá.
- ¿Por qué cuando habla de su papá se refiere a Gonzalo Zafra y no a Hernán Ibarra, su verdadero padre?
Mi mamá se casó con Gonzalo cuando yo tenía unos 3 años. Ella se separó de Hernán estando embarazada de mí, de manera que no crecí con él, nací en la casa de mis abuelos y nunca viví con Hernán. Aclaro que nunca he tenido resentimientos contra él. Mi mamá nunca me habló mal de Hernán. Y tuve muy claro que me llamaba María del Pilar Ibarra y mi mamá Helenita Vargas y mi papá, Gonzalo Zafra, y que me llamaba así porque mi mamá se casó dos veces y era del primer matrimonio.
- ¿Qué le decía su mamá de Hernán Ibarra (Germán Hincapié, en la serie)?
Nunca me habló mal de Hernán, al contrario me decía que era un hombre muy inteligente, que era uno de los penalistas más importantes de Colombia, que había sido la mano derecha de Gaitán. Decía que de marido había sido 'perro', pero que eso no significa que fuera mala persona. Fue un excelente miembro de familia, en mi casa cuando se moría alguien el primero en llegar era Hernán Ibarra. Siempre estuvo pendiente en los momentos importantes en mi casa, pero no tuve relación, porque no crecí con él.
- ¿Qué cree usted que opinaría su mamá si viera la novela?
Estaría matada de la risa porque a mi mamá le encantaba el drama. Ella se ponía dichosa cuando la invitaban a participar en una telenovela, y estuvo en varias, interpretándose a sí misma. De manera que sé que mi mamá, teniendo claro que esa no era su vida, estaría matada con la serie.
- Pero mucha gente está convencida que esta es la historia de Helenita Vargas, ¿no le preocupa esa confusión?
No, a mí no me preocupa porque sé que no es. Para mí la imagen de mi mamá es muy importante, mi mamá la cuidó mucho y la imagen de mi mamá en la serie es divina. Veo la serie y veo que la imagen de mi mamá es una belleza, la dignidad y la integridad de mi mamá no se toca absolutamente para nada, se tocan eventos de que mi abuelita era muy dura, de que si el hermano era aquello...
- ¿Hernán Isaías Ibarra era tan malo como aparece en la telenovela?
No, lo tienen que dramatizar y ponerlo más maloso. Él sí fue un mal marido, él sí la dejó sola en su luna de miel, él la dejó en el hotel y se fue. Hernán se llevó la moza a la luna de miel. Eso lo repito porque mi mamá lo ha dicho en entrevistas. A mi mamá le tocó muy duro, Hernán no la golpeaba, lo que le produjo fue un maltrato psicológico, le decía cosas que no repito porque fueron muy duras para mi mamá como mujer. Pero ella siempre me dijo que era un hombre muy inteligente, muy brillante; eso sí, pésimo marido.
- Pero la gente está quedando con la imagen de que era un tipo espantoso, ¿no le preocupa eso?
La gente que a mí me importa son mi mamá y mi papá, y mi familia. Adoraba a mi abuelita y a mi abuelito, pero no creo que la integridad de ninguno de ellos se ve comprometida. Y cuando la gente pregunta, uno responde.
En vida de mi mamá se dijeron cosas, que estaba con aquel, con el otro; a mi mamá eso le resbalaba. Que la gente piense lo que quiera, eso no me mortifica, ni me quita el sueño porque la esencia de mi madre está ahí, de lo buena mamá que fue y de lo buena hija, buena esposa, excelente amiga, muy profesional, leal con sus amigos, eso sale en la novela; además del amor por su música, por su gente. Que si canta en un lugar que no fue muy elegante, eso a mí no me molesta y a mi mamá tampoco, ella cantó en muchos lugares desde humildes hasta la casa del Presidente y a mi mamá eso ni le quitó, ni le puso, ni le dañó el caminado.
- La otra villana de la serie es su abuela, ¿qué tanto la refleja el personaje de la novela?
La exageran, lógicamente, como me exageran a mí.
- ¿Pero entonces cómo era su abuela?
Mamá Chuchi era muy estricta, pero es que en esa época los abuelos eran muy estrictos, las niñas salían con chaperonas. Sé que mi mamá quería salir de la casa porque mi abuela era muy estricta, y con el primero que le dijo ‘que bonito tenés los ojos’ se casó y se fue. Pero a mi abuelita sí le gustaba la música, a ella le encantaba el tango. Luego de que mi mamá se fue con Hernán Ibarra, mi abuelita le dejó de hablar por muchos años porque para la familia fue un golpe muy duro.
En esa época, que una niña de 17 años se casara con ese hombre tan mayor era un escándalo y una ofensa para mis abuelos. Después las cosas se calmaron. Cuando mi mamá quedó embarazada de mí, decidió dejar a Hernán y se fue a vivir con mis abuelos. Mi mamá vendió sus anillos y joyas de plata para pagar la sala de parto porque mi abuelita seguía siendo estricta. Pero fue conmigo muy amorosa, pasaba los fines de semana con mis abuelos, venía a pasar vacaciones con ellos, me mandaban en un avión desde Bogotá con un tetero en la mano.
- ¿Hay alguien que se haya molestado con la serie?
A la mayoría le ha gustado. Hice dos reuniones, antes de que saliera la serie e invité a todos los amigos y parientes de mi mamá y les hice una presentación porque no podía mostrar ciertas fotos ni imágenes hasta que no saliera al aire la serie. Les conté todo, lo que se había hecho, lo que se iba a hacer, qué iba a ser la serie, qué expectativas debían tener. Entonces la gente de mi casa y a la que veo todos los días supo lo que iba a pasar, de manera que hablo con ellos y comentan ‘esto está fabuloso’.
- ¿Qué tanto participó usted en la construcción de la historia?
Consultoría total y constante. La gente de la productora CMO me preguntaba sobre lo que iban a hacer, me avisaban de los cambios, estaban en contacto conmigo todo el tiempo, ellos me decían vamos a hacer a, b, c, y yo les decía es mejor h, i, j, entonces lo dirimíamos entre las partes. Me consultaron todo.
- ¿Para usted, como vivencia, qué ha representado esta serie?
Es divino, porque lo único que he visto es el amor que la gente le tiene a mi mamá. A donde yo voy, veo gente que adora a mi mamá, y lloran con ella y se matan con ella. Para mí es revivir a mi mamá, con todas estas fotos, sus canciones, detalles de su vida, sus dichos, sentarme con Majida Issa, a quien no me canso de repetirle “vos sos igualita a mi mamá”.
- A propósito, ¿cómo le ha parecido la representación que han hecho de su mamá en la serie?
Ana María Estupiñan no tuvo tanta información porque nadie de esa época está, no hay quién hable del colegio, de esas anécdotas, había que recrear muchas cosas porque fuera de la Monjis no había nadie. Majida Issa tuvo mucha más información, pero las dos han sido muy profesionales. Estuve en muchas filmaciones, incluso viajé especialmente para las últimas escenas que filmaron, para la última vez que cantaba Majida en vivo. Estábamos en el estudio con Monjis y mi hija Helenita, y entonces Majida me dijo: ‘Ven aquí, que vamos a calentar’. A mí se me hizo un nudo en la garganta, entonces me paré y, con el mariachi, nos pusimos a cantar Señor. Empiezo a cantar y veo a la Monjis llorando a mares, Majida es igualita, como se toca el cabello, sus gestos... hizo un trabajo berraquísimo.
- Usted heredó el carisma de su mamá, ¿por qué no se dedicó a la música?
Porque se necesita más que carisma para cantar. Mi mamá y yo cantábamos juntas siempre, desde chiquita. Y cuando mi mamá se volvió bien famosa, si el show estaba buenísimo ella me miraba y me hacía subir. Y sí, teníamos el mismo timbre, las dos somos roncas, pero desafinaba, mi mamá nunca.
- ¿Y en que quedó el proyecto del libro del que me habló al principio de la entrevista?
Lo retomé hace unos meses y se lo encargué a Raúl Fernández de Soto para que lo vuelva realidad, porque desde lejos no puedo. Raúl tiene la experiencia y adoraba a mi mamá. Entonces quién mejor que alguien de mi casa para hacer una cosa de estas. No solo he heredado la voz de mi mamá, sino hasta los maridos de mi mamá (risas). Y Raúl es uno de ellos. Estoy tranquila porque él sabe lo que quiero.
- ¿Cuándo sale el libro?
En abril. Estamos editando, cambiando fotos, esperamos que salga cuando termine la serie.
- ¿ A qué atribuye el éxito de la serie?
Al cariño que la gente le tiene a mi mamá, este ha sido el revivir de su música. Es evocar otra época, los carros, los modismos. No hay escenas vulgares y la gente ya estaba cansada de ciertos temas. Es como una brisa de algo distinto.
La Ronca de Oro es en la actualidad el programa más visto de la televisión colombiana, según Rating Colombia, con 13.2.
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