
COLPRENSA | LA PATRIA
Están allí, con sus molestos síntomas, causando incomodidad permanente. Y sin embargo, se niegan a aceptarlas y, lo que es peor, a tratarlas. Por eso, son muchas las mujeres que conviven día a día con infecciones vaginales que poco a poco van progresando, haciendo más complejo su tratamiento.
Si bien, estas patologías no son enfermedades venéreas, diagnosticarlas a tiempo sí puede considerarse una urgencia, dado que de lo contrario a largo plazo pueden causar problemas mayores.
Lo que ocurre, según los especialistas, es que la mayoría de pacientes no consulta por vergüenza o por ignorancia, convirtiéndose en portadoras que les transmiten virus y bacterias a sus parejas durante las relaciones sexuales y estos a su vez, a sus nuevas compañeras sexuales.
Conciente de este problema Salud &Vida quiere orientar a los lectores para contribuir así a preservar su salud sexual.
¿Qué las produce?
Alteraciones del PH y la flora vaginal. Normalmente el PH tiende a ser ácido, manto que protege de las infecciones, pero se puede afectar por consumo de antibióticos, depresión, estrés, menopausia, enfermedades o tratamientos que bajan las defensas.
Contaminación por hongos
Contagio con gardnerella vaginalis o vaginosis bacteriana, bacilo que normalmente está en el cuerpo humano, pero que al aumentarse causa mal olor, aunque en la mitad de las mujeres puede ser asintomático. No requiere tratar a la pareja.
Contagio con trichomonas, parásito que puede vivir en la vágina mucho tiempo sin causar síntomas y después manifestarse con un desagradable flujo con olor a pescado. En este caso tanto el hombre como la mujer necesitan tratamiento.
Infecciones mixtas por hongos y bacterias
Enfermedades de transmisión sexual, ETS, como la gonorrea y la clamidea. Aunque en este último caso se produce inflamación de las trompas y dolor, pero no flujo.
La diabetes y las enfermedades del colágeno también predisponen a las infecciones vaginales.
Para estar alerta
Aunque los síntomas de una infección vaginal pueden variar de una persona a otra, lo normal es que la descarga de flujo sea escasa y transparente. Pero ante la presencia de las siguientes señales se debe sospechar de que hay infección:
Errores frecuentes
El uso inadecuado de protectores. Las mujeres tienden a dejarlos una mañana, una tarde o un día enteros sin cambiarlos, lo que genera una humedad que predispone a la colonización de microorganismos.
Hacerse duchas vaginales. Existe la falsa creencia que este método proporciona una mejor higiene, pero la realidad es que barre los lactobacilos que defienden la vagina de las infecciones y generan flujos crónicos.
Automedicarse. Bien sea con el fármaco que le recetaron a otra persona, con el que le formularon a la paciente en otra ocasión o con lo que le sobró de un tratamiento anterior que no terminó. De hecho, todos los flujos y los organismos son diferentes, luego es posible que con esa medida se termine atacando un germen que no existe y se esté dejando vivo al verdadero causante.
No terminar el tratamiento. Al sentir mejoría la persona cree que ya se curó y suspende el tratamiento. Esto hace que el microorganismo causante se vuelva más resistente y más complicado de manejar.
Sí hay cómo combatirlas
Deje de creer que todos los flujos son enfermedades venéreas o que todos son normales. Si permanece mucho tiempo con este problema y no se trata, la inflamación que se produce aún en los casos más leves, puede complicarse con una inflamación del cuello uterino o cervicitis. Por otro lado, asi como el flujo sale mientras la persona está sentada o parada, asimismo, al acostarse se introduce por el útero, exponiendo a infecciones en las trompas, dolor pélvico crónico e incluso infertilidad. Esto debido a que la infección puede llegar a taponar las trompas por las que debe pasar normalmente el óvulo para poder ser fecundado.
Incluso, cuando la infección vaginal se produce durante el embarazo, la persona se expone a parto prematuro, con las consiguientes consecuencias en el bebé.
Consulte una vez al año a su ginecólogo, quien podrá realizarle una evaluación de la vulva y el cuello uterino y tomarle una citología.
Derribando Mitos
En cifras
Las mujeres entre los 18 y 36 años son más propensas a sufrir infecciones vaginales causadas por hongos.
La incidencia de infecciones vaginales oscila entre el 10% y el 25%. Esta proporción asciende a un 30% durante el embarazo.
Se estima que hasta el 75% de las mujeres sufre candidiasis vaginal al menos una vez en su vida durante su edad reproductiva.
Un 40-50% de mujeres en Colombia padecerá una segunda infección, y hasta un 5% del total de la población femenina sufre de infecciones recurrentes crónicas por candidiasis vaginal.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015