Luis Herrera, habitante de Gachetá (Cundinamarca), es coleccionista del Concurso Nacional de Belleza hace 36 años.
En el 2008 escribió en LA PATRIA por la edición especial de los 50 años de la corona de Miss Universo, de Luz Marina Zuluaga.
A través de nuestra página en Facebook y del correo lector.interactivo@lapatria nos envió una carta para expresar su tristeza por la muerte de la reina de Colombia y algunas fotos de su colección sobre Luz Marina.
La dama de la belleza colombiana existirá siempre bajo el mito de Luz Marina Zuluaga.
En la orgullosa tierra de Manizales, cuna de la mejor feria de América, con tradición española, vivió siempre la gran dama de la belleza colombiana, doña Luz Marina Zuluaga, una de las mujeres más extraordinarias de nuestra historia reciente.
Un mito de belleza, sencillez y estilo. La reina modelo y la única soberana se ha ido, luego de ser durante 57 años un ícono de la mujer, símbolo nacional ante el mundo.
La leyenda de esta manizaleña, que sin ser Señorita Colombia, logró triunfar en Long Beach (California), para convertirse en Miss Universo 1958. Y no pudo ser mejor el momento para entrar en todos los corazones de un pueblo que la consagró como la única que ha logrado reinar durante más de cinco décadas.
Una reina, una señora que siempre fue vigente, intachable, estimada y respetada por todos. Alejada de los escándalos, dedicada a las obras sociales, logrando querer y ser querida por todas las generaciones de colombianos que hicieron de ella un personaje y una reina por siempre.
Miss Universo la elevó a la eterna fama. Fue en otra época, quizás en un país diferente al de hoy, pero siempre seguirá siendo vigente. Su imagen única ha sido digna de admiración, porque brilló con luz propia, por su amabilidad, dulzura, sencillez, señorío, belleza y elegancia.
El capítulo de oro de la belleza tiene nombre propio y por siempre será: Luz Marina Zuluaga, la Miss Universo colombiana.
La reina se ha marchado... Paz en su tumba, inolvidable dama de la belleza colombiana.
L a belleza y simpatía la hicieron triunfar,
U na corona ganó, para ser la eterna soberana.
Z uluaga de noble cuna, creó el mito y la tradición.
M anizales la acoge en su ejemplar feria, como la más linda manola,
A ntes, ahora y siempre, Miss Universo será.
R odeada de cariño y el recuerdo general.
I nmenso es el afecto que le profesa el país,
N unca la historia borrará su belleza sin igual.
A Cartagena, Colombia le agradece por ser el centro de la belleza nacional.
Z uluaga en el año de las más bellas, brilló de comienzo a fin.
U na antioqueña renunció, para el ascenso de Caldas al trono real.
L ong Beach exaltó al país con la corona universal,
U na tímida y sencilla mujer, arrasó con todo y sorprendió.
A legría, entusiasmo y felicidad, brindó a su país natal,
G racias Luz Marina, por haber sido esa gran mujer.
A cincuenta y ocho años de esta hazaña, descansa por siempre, la reina modelo, la dama y señora de la belleza universal.
Sobre el coleccionista
Luis Herrera vive en Gachetá (Cundinamarca). Desde 1980 es coleccionista del Concurso Nacional de Belleza. Trabaja en la Alcaldía de ese municipio desde hace 25 años, y es bibliotecario. Además dirige el grupo de danza Estampas juveniles desde hace 29 años.
Durante 36 años ha guardado artículos de prensa y revistas sobre el certamen de belleza, tiene un archivo de casi 3 mil documentos. En su colección abrió un capítulo especial a Luz Marina Zuluaga, Miss Universo 1985.
Luis Henry Orozco nos envió el autografo que le dio Luz Marina Zuluaga en el sobre del primer día de servicio de las estampillas conmemorativas que se emitieron por su elección como Miss Universo. "De doña Luz Marina me quedaron dos grandes recuerdos: su reinado y la firma que estampó en mi sobre". Precisó que esta firma la logró gracias a la ayuda de su sobrino Juan Carlos Orozco López.
Gladys Pérez indicó que esta foto fue tomada en el 2007. Expresó: "siempre con una sonrisa amable para sus admiradores. Hermoso recuerdo".
Adriana Arango Uribe nos compartió esta foto y escribió: sus conversaciones tan amenas, acompañadas de mensajes muy positivos y ese infaltable sello de mujer paisa tan arraigado en su personalidad, distinción y elegancia. En todo momento dispuesta para aquél que se le acercara. Adornaba con su bella sonrisa cada lugar por donde pasaba. Perdimos a una gran representante de la cultura local y nacional. Nuestra reina eterna.
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