Brayan Álvarez Rojas, imitador de José José y ganador de la segunda temporada de Yo me llamo nació y vivió sus primeros cinco años en Supía (Caldas). Allí aún residen sus padrinos, Blanca Ismenia Zapata y Rubén Darío Vásquez, quienes lo criaron en su niñez. También conserva amigos de la infancia y un triste recuerdo, la cicatriz que tiene en su cara se la hizo en un potrero de ese municipio del occidente de Caldas mientras perseguía un gato que se metió bajo un alambrado de púas, Brayan se dio contra el alambre y se rajó la cara.
A los 5 años se fue con su madre, Cristina Rojas, a vivir a Cartago (Valle del Cauca), pues su mamá conoció en ese municipio del norte del Valle a su padrastro. Allí hizo la primaria, la secundaria e ingresó a la universidad a estudiar contaduría pública. En Pereira hizo su audición al reality del Canal Caracol y quedó entre los 32 partipantes. Durante el concurso nunca estuvo amenzado y se convirtió en el favorito del público y hasta de los jurados. Su meta era ganar para comprarle una casa a su mamá y finalizar sus estudios.
-¿Cuál fue su principal motivación para participar en el programa?
Quería hacerle un gran homenaje al maestro de maestros, el señor José José, y por supuesto tener la oportunidad de honrar a mi madre. Gracias a Dios Colombia me permitió cumplir con esto.
- ¿A qué se dedicaba antes de entrar a Yo me llamo?
Siempre he cantado, pero antes de que Yo Me Llamo apareciera en mi vida estudiaba Contaduría pública.
-¿Cuando entró al programa se imaginó que iba a ser el ganador?
La ilusión de ser el mejor está presente en todo momento. Al ver la calidad de mis compañeros sabía que la competencia iba a ser tan dura como lo fue, pero nuevamente agradezco a Colombia el haberme permitido cumplir mis sueños en Yo me llamo. Este es el primer triunfo que el Señor nos concede a nivel nacional, es simplemente el amor de todo el público representado aquí, todos sus buenos mensajes, bendiciones y respaldo.
-¿Qué va hacer con los $500 millones?
Lo primero es hacer una acción de gracias a Dios todo poderoso que me permitió ganarme este premio por medio del público. Después planeo asegurar el futuro de mi familia y también tengo muchas personas a quienes ayudarles. Quiero hacer lo mejor para mí y para mi futuro musical, y todo esto lo puedo lograr con este premio. Mientras tanto seguiré trabajando con mis proyectos artísticos y musicales, para darle a la gente música de calidad y nueva.
-¿Quiénes fueron sus mejores compañeros?
Desde el comienzo de este sueño, algunos de mis compañeros se convirtieron en personas muy especiales para mí, especialmente Héctor Lavoe y Beto Cuevas.
-Si no hubiera estado entre los finalistas, ¿a quién hubiera escogido?
Desde luego que a Julio Jaramillo y Héctor Lavoe.
-¿A qué se dedicará de ahora en adelante?
Por ahora a celebrar y a agradecer. De ahora en adelante vendrá mucho trabajo y empeño para seguir haciendo las cosas bien, estar en contacto con nuestro público, y continuar dándoles las cosas de calidad que se merecen.
-¿Qué puede decir de Julio Jaramillo?
Es un gran competidor, un virtuoso de la música. Una gran persona a la que Dios colmó de dones y quien sé que los seguirá explotando.
-¿Qué puede decirle a José José?
¡Ganamos! Este triunfo es dedicado a mi madre y a él, quien fue el motivador, el impulso para que emprendiera mi carrera artística y ha sido un ejemplo para tantos latinoamericanos que ven en él un ejemplo a seguir. Gracias don José por permitirme representarlo de esta forma, por sus canciones, su trayectoria y su gran don de gentes.
-¿Y a su madre?
Mi madre se lo merece todo, voy a mimarla mucho. Le daré muchos regalos y trataré de darle más alegrías, aunque sé que esto la tiene emocionadísima.
-¿Cree que será figura en México?
José José es figura en México y seguramente quienes lo imitamos vamos a ser muy queridos allí porque lo hacemos con todo el amor y respeto. Esperemos que sí porque me han dado mucho apoyo en ese país.
¿Qué recuerda de Brayan Álvarez?
Mercedes Cano, profesora de kínder
Me acuerdo que incluso en preescolar se sabía las canciones de Darío Gómez. Se prestaba mucho en las izadas de bandera para hacer las fonomímicas. A veces se ponía bravo porque ponía a cantar a otros antes que él.
Rubén Darío Vásquez, padrino
Lo tuvimos de 11 meses en la casa. Lo que más recuerdo era cuando salíamos a la galería a mercar y pasábamos por los bares y él se entraba a cantar. La gente lo cargaba y me lo entregaban untado de colorete de darle picos.
Blanca Ismenia Zapata, madrina
“Lo cuidamos hasta que tuvo tres o cuatro añitos, que se lo llevó la mamá para el Valle. La berriondera el niño. Loqueaba mucho en el kínder. Desde pequeño se veía lo que iba a ser. Muy noble.
Mery Sánchez, tutora de guardería
Vivió por mi cuadra en el barrio Guayabal. Era un niño tímido y muy tranquilo. Era muy bello y sigue siendo lindo. Era conversador y obediente.
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