
Víctor Martí
EFE | LA PATRIA | Torres del Paine (Chile)
Un año después del incendio que quemó 17.600 hectáreas en el parque nacional de Torres del Paine, en la Patagonia chilena, las autoridades y los ecologistas luchan para reforestar la zona y evitar nuevas catástrofes.
El fuego, provocado a finales de diciembre pasado de forma involuntaria por un turista israelí, dañó un área que poco a poco recupera su aspecto original, según los responsables de las tareas de recuperación de este diamante natural declarado reserva de la Biosfera por la Unesco.
"En el último año hemos aprendido que hay que dejar que la naturaleza haga su trabajo y es lo que estamos haciendo", destaca Eduardo Katz, director general de la Corporacion Nacional Forestal de Chile (Conaf).
Del terreno que ardió seis días, cerca de 9.000 hectáreas eran praderas magallánicas cuyos brotes verdes empezaron a crecer de nuevo a los pocos meses, igual que las 6.000 hectáreas de matorrales que, a menor ritmo y después del frío invierno austral, volvieron a brotar. Unas 1.000 hectáreas de bosque autóctono quedaron arrasadas e irrecuperables.
Cómo recuperarlo
Los guardabosques recibieron en marzo la visita de varios especialistas del parque nacional de Yosemite, en Estados Unidos, para intercambiar ideas acerca de cómo recuperar la zona afectada.
Además de dejar que la "naturaleza actuara", la Conaf, con el apoyo logístico de la ONG "Reforestemos Patagonia", emprendió una campaña para recuperar el bosque nativo dañado y concienciar a los turistas. Desde mayo ha plantado unos 150.000 árboles nativos en la Patagonia chilena gracias a las donaciones recibidas en su página web.
"Estamos contentos con las tareas de reforestación. Se ha reaccionado muy rápido con las medidas de seguridad y con los reglamentos de control", subraya Matías Rivera, responsable de esta ONG.
Las autoridades se muestran satisfechas porque las campañas para reforestar el parque están mejorando la imagen de "la joya de la corona" de la Patagonia chilena.
Medidas
El origen del fuego, un descuido de un joven turista israelí que quemó un trozo de papel higiénico en una zona no controlada por guardabosques, alertó al Gobierno, que busca reducir riesgos y evitar que se repita esta catástrofe.
En noviembre pasado se aprobó un plan de seguridad integral destinado a explicar mejor las normas a los turistas y a reforzar el cuerpo de guardabosques. Ello ha supuesto el cierre de campamentos ilegales y restricciones en el horario de uso de los senderos; ningún visitante puede hacer senderismo después de las 6:00 de la tarde.
Asimismo, los turistas llevan en sus mochilas una etiqueta que acredita que su entrada en el parque fue autorizada. Paralelamente, el cuerpo de guardabosques pasó de 50 efectivos a 110.
"Ahora los visitantes firman un acuerdo en el que se comprometen a caminar por los senderos autorizados, a no hacer fuego, a respetar los horarios y a acampar en zonas autorizadas", detalla Conaf. En noviembre cuatro turistas, también de origen israelí, fueron expulsados del parque.
Datos
Torres del Paine es un polo turístico de Chile. Después del incendio, los cerca de 730 hoteles y restaurantes de la zona se vieron afectados.
Para la directora del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), Jacqueline Plass, "el número de turistas extranjeros que entró en el parque durante 2012 fue el mismo que el año anterior. El problema que nos encontramos después del incendio es que los turistas chilenos no lo visitaron tanto", dice.
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