Geraldine Marín Díaz
LA PATRIA | Manizales
Los reductores de velocidad son aliados de los peatones, obligan a los conductores a reducir su marcha, algo que puede ser molesto, pero, necesario. Cruzarlos inadecuadamente podría dañar su carro.
Estos dispositivos viales urbanos son instalados en puntos cercanos a colegios, hospitales y sitios donde hay alta afluencia de peatones, ciclistas y otros actores viales que están en desventaja ante un vehículo que debe disminuir su marcha a 30 kilómetros por hora, en promedio, aunque en otros casos, puede ser mayor la reducción de velocidad.
Los "policías acostados", como son conocidos, se instalan donde las velocidades que se alcanzan no son altas. "En el momento en el que se frena, las personas que van en fila tienen derecho de reaccionar para evitar embestirse los unos con los otros", recomienda el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi).
Según el Manual de Señalización Vial, del 2015, existen seis tipos de resaltos: pompeyano, parabólico, portátil, cojín, virtual y estoperol.
El exceso de velocidad es catalogado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el Ministerio del Transporte y la Organización Mundial de la Salud como la principal causa de accidentes de tránsito. "Estos resaltos obligan a bajar a 30 kilómetros por hora, pues si una persona es atropellada por un automóvil que venga a esta velocidad tiene más posibilidades de que sobreviva. A partir de 30 kilómetros en adelante ya se compromete seriamente la vida", explica Cesvi.
Para instalar un reductor, antes se realizan estudios técnicos evidencien que en ese punto se compromete la seguridad del peatón.
¿Cómo cruzar?
Cesvi da recomendaciones para cruzar correctamente un policía acostado:
* Reduzca la velocidad del carro a un mínimo entre 10 o 30 kilómetros por hora.
* Es importante que el conductor frene antes de cruzar el resalto y justo antes de descenderlo se deben soltar los frenos. Al hacerlo la parte delantera del carro se agacha, esto significa que la suspensión está recogida, y cuando se sube un policía acostado los suspensores se recogen al máximo, es en ese punto donde se pueden generar daños. "Para que la suspensión trabaje, tiene que estar libre, por eso se frena antes de cruzarlo, luego se suelta el pedal para que la nariz del carro se levante y en ese momento se toma el policía acostado, ahí se le permite trabajar a la suspensión", indica el Centro.
* Para los carros que tienen un despeje reducido entre el suelo y la carrocería, es decir, que son bajos, se les recomienda reducir más velocidad, casi hasta los 10 kilómetros por hora y cruzar en diagonal, si se trata de un pompeyano o un resalto parabólico.
¿Hay daños?
Según Cesvi y José Fernando Álvarez Villada, gestor pedagógico de la Secretaría de Tránsito y Transporte de Manizales, los resaltos causan daños si se pasan demasiado rápido porque afectan la suspensión, si se trata de un reductor con fallas técnicas o no se sueltan los frenos al cruzarlo.
Si el dispositivo no está diseñado como lo indica el Manual de Señalización Vial puede ocasionar accidentes. "Generalmente los antitécnicos son empinados, provocan una caída más fuerte para el vehículo. Para cruzarlos se recomienda ir mucho más despacio, entre unos cinco o 10 kilómetros por hora", afirma Cesvi.
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