Margaret Sánchez
LA PATRIA | Manizales
Al ojímetro, capacidad de hacer con rapidez un cálculo aproximado, se puede decidir qué lotes de un cultivo necesitan riego, pero con ayuda de la tecnología ese cálculo será más preciso.
Si además de tener datos sobre el área y la cantidad de plantas, cuenta con información sobre la sanidad del lote, las condiciones del suelo, la humedad, el clima, entre otros, optimizará sus insumos y no desperdiciará agroquímicos en zonas que no las necesitan, explica el geólogo Luis Fernando Ospina Parra, de la empresa manizaleña Eje Focal.
Esos datos se pueden recolectar y organizar a través de Sistemas de Información Geográfica (SIG), se visualizan en un mapa para saber de manera rápida qué está pasando, encontrar patrones y así tomar decisiones.
“Le permite al agricultor maximizar el rendimiento y optimizar su producción porque lo apoya en procesos de planificación de siembra, su desarrollo y cosecha”, comenta la ingeniera y especialista en SIG Katherine Ivonne Vargas Sánchez, gerente de sector recursos naturales para Esri Colombia, Ecuador y Panamá.
Para el geólogo, los SIG son un complemento al trabajo de campo. “Nada me gano con tener un estudio multiespectral, si no tengo un agrónomo o una persona que sepa del cultivo para que haga un análisis en terreno y corrobore la información que se levantó gracias a la tecnología. Al identificar en un mapa qué lotes tiene problemas, el trabajo del profesional se focaliza y se podrá concentrar en el análisis y la solución”, apunta.
Por capas
Ambos indican que además de datos propios del cultivo, un SIG se puede alimentar con otras fuentes como imágenes aéreas de drones y satélites; estudios sobre el comportamiento del cultivo suministrados por centros de investigación como Agrosavia, Cenicafé, Cenicaña, entre otros; pronósticos del tiempo generados por el IDEAM; datos abiertos del Estado, etc.
Esto permite trabajar por capas de información que se actualizan en tiempo real y se pueden consultar en cualquier momento desde cualquier lugar si el servicio está en la nube, es decir, cargado en un servidor con conexión a internet.
Vargas Sánchez señala que la plataforma ArcGIS tiene niveles básico, estándar y avanzado, para que no solo expertos en SIG la usen, sino que agrónomos, geólogos, climatólogos, entre otras profesiones, le saquen provecho.
Según el cultivo o la empresa pueden tener servicios para computador y en la nube, así no requiere de una infraestructura para guardar los datos. “Existen distintas herramientas típicas en agricultura para recolección de información: puede descargar la aplicación y de ahí hacer recorridos para reunir las variables y su ubicación con la precisión del GPS del celular”.
Costos y ahorro
Sobre los costos de implementar estos sistemas, Ospina Parra precisa que han rebajado y los softwares y drones ya no solo están disponibles para grandes empresas agrícolas. “Cultivos medianos pueden hacer bases de datos con cierta información que garanticen un mejor control de la finca”, complementa. Se pueden usar softwares libres como Global Mapper, QGIS o desarrollos a la medida.
Agrega: “La gente ve los costos a corto plazo, pero no ve los ahorros a mediano y largo al tener tecnificada la finca. Debe proyectar ese gasto en los ahorros que va a tener en 10 años en mano de obra, insumos o fumigación”.
El geólogo indica que los SIG en el país los han estado implementando productores de palma, caña y aguacate. Vargas Sánchez también menciona los cultivos de banano y café, pone el ejemplo de la Federación Nacional de Cafeteros con su Sistema de Información Cafetera (SIC@), una plataforma web que le permite a las autoridades cafeteras y productores acceder a una base de datos georreferenciada de cobertura nacional (caficultores, fincas y lotes cafeteros) ya sea para consulta, análisis, planeación, control y toma de decisiones.
Recomendaciones
Katherine Ivonne Vargas Sánchez, gerente de sector recursos naturales para Esri Colombia; y Luis Fernando Ospina Parra, de Eje Foca, dan recomendaciones de qué se debe tener en cuenta para usar SIG en el campo.
* Tener mapa de su finca, una separación de los lotes, áreas, ubicación de los cultivos y número de plantas. Este es un comienzo para un manejo tecnificado y eficiente que se puede escalar.
* Arrancar con la información que se tenga en bases de datos, como Excel, hacerle un procesamiento, identificar cuál es la útil para el seguimiento y la toma decisiones. Evitar acumular datos innecesarios e identificar los procesos críticos y enfocarse en ellos para mejorarlos.
* Manejar las coordenadas X y Y, pues son las que procesan los Sistemas de Información Geográfica.
Más tecnología
Al implementar más tecnología se pueden automatizar los procesos. “La gran cantidad de datos a menudo requiere el uso del aprendizaje automático, un subconjunto de la Inteligencia Artificial, que se refiere a que las computadoras aprendan a reconocer formas y patrones e identifiquen puntos calientes dentro de enormes conjuntos de datos”, señala Martha Gaviria en su artículo La tecnología detrás de una nueva revolución agrícola.
En dicha publicación menciona la necesidad de métodos de agricultura sostenible de precisión con Internet de las Cosas y big data, para enfrentar fenómenos como el cambio climático, erosión del suelo, escasez de recursos naturales y a la vez aumentar la producción de alimentos porque se proyecta que para el 2050, la Tierra será el hogar de cerca de 10 mil millones de personas.
Por lo que plantea una transformación digital de la economía agraria. “Construir nuevas prácticas en el mundo virtual reducirá el tiempo necesario para desplegar prácticas innovadoras que logren mejores resultados ambientales. Si los agricultores van a alimentar a diez mil millones de personas mientras preservan el medio ambiente, la próxima revolución verde debe ser probada en gemelos digitales”.
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