Hojas de vida, cuestión de precisión y sobriedad

Buscar empleo tiene su ciencia, como se dice popularmente. Y parte de esa ciencia es, sin duda, saber presentar la hoja de vida. Parece no haber reglas establecidas para ello, pero la práctica ha llevado a que se creen algunos formalismos que se vuelven populares en las organizaciones.

La foto, los datos que hay que poner, los que no; el formato para presentar la información... en todo hay que fijarse.
Incluso, tener sentido común. La psicóloga organizacional Ana María Correa, encargada de procesos de selección de personal, cuenta a manera de anécdota que, por ejemplo, leyó recientemente en una hoja de vida que el aspirante puso entre los idiomas que dominaba el español y el chileno.

A tres días de la conmemoración del Día del trabajo, LA PATRIA la consultó para que explicara lo que hay que hacer y lo que no a la hora de presentar una hoja de vida.

El formato
*Desde hace unos años es usual presentar las hojas de vida impresas y en una carpeta blanca, lo que brinda una sensación de mayor sobriedad y elegancia.

*Aún se consiguen los formatos conocidos como Minerva, que son baratos. El concepto de la psicóloga es que aún es válido, pero allí se solicita información que no es fundamental durante un proceso de selección, como los pasatiempos, por ejemplo.

*Además en estos la gente suele escribir a mano, y en algunas ocasiones la letra es ilegible.

*Las que se presentan en carpetas son más adecuadas para los profesionales, e incluso los técnicos.

La foto
*Es mejor ponerla. Aunque suele usarse a blanco y negro, esto no tiene mayor importancia.

*Es recomendable que el aspirante vista sobriamente, “que no se vea como si fuera para una fiesta”. Que las mujeres, por ejemplo, eviten aparecer con blusas de tiras o escotes, pues en algunas empresas esto no es bien visto.

El perfil
*Muchas personas escriben un perfil debajo de la foto, a manera de presentación. Esto es válido, pero la psicóloga recomienda que lo hagan quienes ya tienen un recorrido laboral amplio, y “cuenten con competencias identificadas. Que tengan una formación para ofertar”.

*No se recomienda para personas con poca experiencia que no puedan hablar mucho de lo que han hecho, como por ejemplo estudiantes recién graduados, tanto de colegio como de universidad.

Datos personales
*No pueden faltar los de ubicación, como teléfonos fijos y celulares, y la dirección de residencia.

*Es importante poner la cédula porque algunas empresas verifican con esta los antecedentes del aspirante en los organismos de control.

*La edad es importante para unas organizaciones, para otras no. Correa hace énfasis en que si, por ejemplo, la información sobre la vacante está en un clasificado que pide especificar la edad, lo más apropiado es indicarla.

*Igual pasa con la aspiración salarial.

Formación académica
*Los estudios primarios pueden ser prescindibles. Se puede hacer la relación desde los secundarios.

*Indicar en cada uno el año de graduación.

*El aspirante no debe referirse a todos los pequeños cursos que ha hecho, como por ejemplo a los que lo han enviado las empresas en donde ha trabajado. Esto puede hacer muy larga y pesada la hoja de vida.

*Los estudios que se referencien deben estar enfocados al cargo al que se aspira.

*Indicar información sobre segunda lengua en caso de que la persona la domine.

Experiencia

*Poner alrededor de los tres últimos trabajos en los que se ha desempeñado, si es que ha tenido una movilidad laboral alta.

*La información de contacto de los jefes inmediatos se puede escribir junto con cada trabajo que se mencione, o al final, en el capítulo de referencias.

*Si se ha desempeñado en trabajos diversos, indicar los que tienen relación con el cargo al que aspira.

Referencias
*Son necesarias para que la empresa pueda preguntar por la calidad del trabajo de la persona en otras organizaciones.

*Las referencias personales son prescindibles.

Diga la verdad
Quizá el mejor consejo que se le puede dar a alguien que envía su hoja de vida a una empresa es, según la psicóloga organizacional Ana María Correa, que diga la verdad. “Lo que relacionamos como formación académica y experiencia laboral es aquello de lo que tenemos algún soporte”, puntualizó. Incluso indicó que algunas organizaciones han decidido convalidar la información académica de quienes quieren tener un empleo en ellas, para lo cual les solicitan a las universidades que les certifiquen si efectivamente la persona ha estudiado lo que referencia en el documento.