Alexandra Aguirre ama, literalmente el área de física. Alisson Alzate, su mejor amiga, prefiere filosofía. Alexandra alterna ese gusto con el inglés y la redacción, mientras Alison le apuesta más a la pintura y las manualidades. Ambas son las mejores amigas, comparten otros gustos nada ligados a los académicos, sin embargo, sí tienen en común que se esfuerzan por mantener un promedio y sacar adelante todas las materias de undécimo grado.
La meta más próxima de las dos es graduarse, así que buscan métodos, ejercicios y modelos prácticos para aprender y sacarle jugo a lo que les gusta y disgusta.
"Una materia se hace más atractiva por el modelo de enseñanza que usa el maestro. Las clases magistrales sin práctica son muy aburridas, así que muchas veces todo depende de quién y cómo dicta la clase", indican las jóvenes, estudiantes de la Escuela Nacional Auxiliares de Enfermería, ENAE.
Y es que encontrar unanimidad en las materias preferidas por los adolescentes parece no ser común. A Mariana Rueda, del San Luis Gonzaga, por ejemplo, le encanta la química. A Maribel Castaño, del Atanasio Girardot, las ciencias. En las no apetecidas están español, según María Isaza, del Santa Inés, y álgebra, dice Valerie Gutiérrez, del Santa Teresita, de Chinchiná.
"Es normal que hayan preferencias y que algunas materias no gusten por situaciones ajenas o porque faltó más motivación, pero lo importante es aprender a ser perseverante. Debe haber pasión, disciplina y objetivos en las tareas diarias, estudio y aficiones", explicó el psicólogo Jorge Hernán López.
Métodos
Alexandra y Alison tienen claro el argumento de López, por esto se atreven a decir que las evaluaciones no deben convertirse en un método de presión ni los trabajos individuales en una generalidad.
"Si los profes alternan la teoría a los trabajos más lúdicos seguro nadie tendría materias preferidas ni consideraría a otras como aburridas", agregaron.
Para la psicóloga Noelba Calle si un joven tiene equilibrio entre el ser (capacidad de observarse a sí mismo), hacer (actuar) y pensar (relacionar ideas, tener intenciones), es un adolescente estable emocional, social y espiritualmente. "No se trata de ser solo académico, también debe tener la actitud y capacidad de enfrentarse al mundo, solucionar problemas y tomar decisiones", sustenta.
La tarea, entonces, está en convertirse en el estudiante ideal. Ese que estudia a la par español y cálculo, así no sean las más deseadas del currículo.
Tips para adolescentes
1. Identifica tu mejor estrategia para estudiar. Es más fácil para muchos hacer recuadros, dibujos, aprender con colores o propiciar un ambiente silencioso.
2. Planea tu estudio. Ten materiales a la mano, planifica cuánto tiempo y qué necesitas. Cumple estrictamente con lo pactado.
3. Constancia. No desertes de una actividad cuando no obtienes resultados inmediatos. Para lograr conseguir metas deben agotarse por lo menos cinco intentos.
Una maestra opina sobre las dinámicas de clase
Miryam Gutiérrez, docente de humanidades, da algunas sugerencias para hacer las clases más entretenidas e interesantes. "Amo profundamente mi profesión y con 34 años de experiencia me atrevo a dar algunas sugerencias para que un estudiante esté bien motivado con una asignatura y dé lo máximo de sí mismo".
1. Realizar talleres lúdicos: la variedad ayuda a despertar la participación y la motivación. Se debe romper la rutina haciendo, construyendo, escribiendo, diseñando, creando…
2. Uso de la tecnología en las clases: Permitir, en algunas ocasiones, el uso del celular, portátiles o tabletas para complementar algún dato de la clase, aclarar dudas o dar respuestas a inquietudes.
3. Una buena relación entre maestro y estudiante crea un mayor grado de asimilación de contenidos y mejores resultados académicos.
4. Implementar proyectos de aula le permiten al estudiante ser el productor del conocimiento y no un sujeto pasivo.
5. Programar salidas pedagógicas para salir de la rutina del aula.
6. Adaptar las temáticas de las asignaturas a las necesidades de los estudiantes.
7. Ayudar a los chicos a evaluar sus progresos, a que reconozcan sus dificultades y animarlos en su proceso educativo y formativo.
8. Fomentar la automotivación y la autoestima.
9. Evitar el uso de las calificaciones como amenazas.
10. Devolver los exámenes o trabajos corregidos lo antes posible y reconocer los éxitos logrados.
11. Demostrar placer al enseñar.
12. Educar y formar con amor.
Próxima semana: Amor y amistad
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