Laura Barrios Q.
LA PATRIA | Manizales
La presión que ejercen hoy las redes sociales lleva a exponer cada vez más la vida privada.
Usuarios comparten la ubicación de lugares que visitan, fotografías y datos personales. Las empresas se han mudado en su mayoría a la tecnología digital y aunque esto es un avance y va de la mano con la innovación, los riesgos son mayores.
Los datos compartidos y los albergados en sistemas empresariales son recursos que si son explotados de manera indebida pueden poner en jaque su seguridad y la de su negocio.
Como si supiera que este día llegaría, el 5 de octubre del 2011 Jaime Andrés Restrepo, ingeniero de sistemas y telecomunicaciones de la Universidad de Manizales, creó un sitio web personal donde publicaba trabajos propios e información que encontraba en la red sobre seguridad informática (disciplina que se encarga de proteger la integridad y privacidad que almacenan los computadores y su infraestructura).
Estos contenidos empezaron a generar impacto y algunos visitantes aportaban también conocimientos. De esta manera la página personal de Jaime empezó a funcionar como un foro y se creó una comunidad donde personas de todo el mundo intercambiaban información.
La comunidad tomó fuerza como referente en seguridad informática de habla hispana. A Jaime Andrés lo requerían para realizar trabajos realizados con el tema y así surgió la idea de formalizar la empresa DragonJAR, que presta servicios de análisis forense digital y auditoría de seguridad.
“Mucho. Cada vez es más necesaria la implementación de medidas de seguridad para proteger la información y los equipos informáticos de una organización o persona”, afirma Restrepo.
Programadores se han empeñado en diseñar softwares malintencionados. “Los malos han encontrado un gran y lucrativo negocio en la delincuencia informática. Esto hace que sea más necesaria la concientización en temas de seguridad”, expresa.
Según Jorge Arcila, ingeniero de sistemas, hace 15 años los ataques cibernéticos los ejecutaban universitarios para ponerse a prueba. No iban más allá de bloquear páginas o alterar información compartida. Con el tiempo se hizo un negocio rentable.
Los virus informáticos fueron los primeros, se autoinstalaban en los ordenadores para realizar procesos en contra de la voluntad de los usuarios: borrar archivos, reiniciar la máquina constantemente, bloquear aplicaciones o mandar correos electrónicos a los contactos para propagar la infección.
Ahora programadores han encontrado en internet un fuerte aliado para operaciones ilícitas. Algunos de los principales ataques son: robo de identidad, clonación de tarjetas, ataques directos a los sistemas de las compañías o al computador personal para extraer datos (bancarios principalmente) y robar su dinero.
“En la ciudad hemos tenido usualmente casos reactivos. Los clientes piensan en la seguridad después de un incidente. Esperamos que las organizaciones se vuelvan cada vez más conscientes de la protección de sus activos informáticos”, apunta Jaime Restrepo.
El sábado DragonJAR celebrará sus 15 años. Desde las 8:30 a.m. en el auditorio 336 de la Universidad de Manizales hay charlas y talleres gratuitos con profesionales en seguridad informática para ponerse al día. Cupos limitados. Inscripciones en https://goo.gl/GKfo4P
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