
LA PATRIA | MANIZALES
"Su única arma era el machetico con el que se conseguía el pan de cada día", expresó Josefina Galvis, esposa de José Abelardo Cardona López, a quien el Ejército asesinó el 19 de diciembre del 2007, al hacerlo pasar como guerrillero.
El caso ocurrió en la vereda Quebrada Seca, de Florencia (Samaná), cuando Cardona López salió a trabajar, pero jamás regresó.
El pasado fin de semana, en una ceremonia en el parque de ese municipio, el Batallón Ayacucho de Manizales les ofreció disculpas públicas a Josefina y sus tres hijos de 18, 14 y 11 años.
La señora llegó en chiva, muy temprano, desde Florencia. Se acomodó cerca al atrio de la iglesia de Samaná, donde la esperaba el teniente coronel Juan Carlos Chaparro, comandante del Ayacucho, que en nombre del Ejército le pidió perdón por esos hechos de hace ocho años.
"No puedo decir que me siento tranquila. Una plata y unas disculpas no pagan la ausencia de un ser querido. El tormento seguirá", indicó la señora, después de la ceremonia. Esta familia recibió una indemnización de $200 millones, que usará para comprar una casa en Samaná y pagarle el estudio al hijo menor, que cursa tercer grado y desea seguir en la universidad.
"La mayor se consiguió un marido y se fue con él. Al del medio le gusta es trabajar", dijo Josefina.
La mujer recordó cómo fue la muerte de su esposo. Él salió a trabajar, se llegó la tarde y no regresó. En Florencia se regó el cuento de que habían matado a un muchacho con las mismas características de Cardona López.
"El Ejército me dijo que era guerrillero. Yo respondí que era un hombre trabajador, que me mostraran las armas que él cargaba. Solo portaba su machete".
En la ceremonia del domingo, Josefina le pidió explicaciones al Ejército, que le dijeran quién mandó matar a su esposo. La respuesta que recibió es que investigarán. Solicitó que ese crimen no quede impune.
Continuó su relato y explicó que solo se dieron cuenta de que su ser querido estaba muerto, a los 11 días, cuando se lo entregaron, después de que hicieron una marcha para pedir su retorno.
Hoy Josefina, Joselina, José Alberto y José Antonio esperan comenzar una nueva vida. Eso sí, sin olvidar a José Abelardo, quien siempre luchó porque estuvieran bien. Hoy les da un poco de tranquilidad económico, pese a no estar ya en este mundo.
El pasado 21 de octubre, la familia de Wílmer Erney Montes Gallego, campesino asesinado por el Ejército en Samaná, el 31 de octubre del 2005, supo de la sentencia del Consejo de Estado, que condenó a la Nación y ordenó indemnizarlos por ese hecho.
Al trabajador, de 21 años, lo sacaron de su casa en la vereda San Rafael y lo mataron delante de su hijo de 3 años. El Ejército, en ese momento, dijo que era un miliciano de las Farc que cayó en enfrentamientos. Según el fallo de segunda instancia, el campesino perdió la vida por la imprudencia de un soldado, al que se le disparó su arma en medio de un operativo militar. Luego pretendieron presentarlo como muerto en combate. Deben pagarle $200 millones a la familia y ofrecerle disculpas públicas.
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