LA PATRIA | MANIZALES
Todo indica que el crimen de Duver Manuel Valencia Narváez ocurrió por una bronca que tenía con su agresor.
Cuentan los testigos que en diciembre el homicida le reclamó a Valencia Narváez por un hurto que éste le hizo a otra persona. En aquella ocasión se agredieron. “Me le hizo cinco disparos y mi hijo le alcanzó a dar un cachazo”, contó Blanca Diana Narváez, madre de la víctima.
Pasaron cuatro meses y el deseo de venganza quedó ahí. En la noche del pasado jueves esos rencores llevaron a que Valencia Narváez fuera hasta la casa de su agresor y, al parecer, como dijo su madre "bajo el efecto de las drogas", apedreara la casa de quien minutos después le quitaría la vida.
Testigos relataron que a las 8:30 de la noche Duver Manuel Valencia Narváez se paró en la ventana de su vivienda, ubicada en un callejón de la carrera 37A con calle 65A, sector conocido como Cinco, del barrio Pío XII. Hasta allí llegó el ofendido, de 25 años. Inicialmente, el primero lesionó al otro en su abdomen y frente con un arma blanca.
Ambos forcejearon por tres minutos y se arrastraron unos cinco metros hasta caer en un hueco que da a una casa en ruinas ubicada al frente de la residencia de Valencia Narváez. Cuentan que allí el hombre de 25 años tiró a su víctima al piso. “Fue una pelea tan miserable, que no se dijeron nada, solo se sintieron los golpes y los disparos, que fueron de una”, dijo una familiar de la víctima.
El cuerpo de Duver Manuel presentaba tres orificios de bala, distribuidos entre su pecho y estómago, según el reporte de las autoridades.
El agresor huyó del lugar. En ese momento salió Jhónatan Valencia Narváez, hermano de la víctima, de 14 años, quien persiguió al asesino hasta que éste hizo varios disparos, y siguió corriendo, sin impactarlo.
Mientras el asesino intentaba ocultarse entre los recovecos de la zona, las detonaciones alertaron a la policía. Cuando los uniformados arribaron, el cuerpo malherido de Duver Manuel yacía en el piso. Su vida estaba ya tan arruinada, como la casa en la que sucedió la tragedia.
Los vecinos intentaban auxiliarlo, a su vez, le indicaron a los uniformados que el asesino corrió hacia el sector conocido como Ventiaderos, que tenía heridas de un puñal y que lucía una chaqueta militar. Los oficiales lo redujeron unos metros más adelante, en las escalas que conducen al sector Cinco, donde ocurrieron los hechos.
Allí estaba el homicida, con su abdomen sangrando; producto de la herida que le dejó su víctima, en medio del forcejeo. Un grupo de uniformados lo trasladaron al Hospital de Caldas para que lo atendieran, mientras lo custodiaban.
Mientras tanto, su víctima exhalaba los últimos suspiros de vida, en medio del alboroto del vecindario que intentaba salvarlo.
Todo fue en vano. Los tres tiros fueron suficientes para culminar aquella bronca de diciembre pasado. Antes de llegar al centro asistencial, ya había muerto.
Duver Manuel tenía 27 años y siempre vivió en la zona donde lo mataron. Jhónatan, uno de sus tres hermanos, contó que hace un mes, cuando cumplió sus 14 años, le regaló una tablet y un celular. El occiso fue obrero de la construcción en Malteria y en la Avenida Santander. En medio de lágrimas, su madre, Blanca Diana Narváez, lo recordó como un hijo noble, amigable y risueño.
Personas cercanas a la víctima contaron que hace seis años un hermano de este también fue asesinado en medio de una confusión del criminal.
Hasta ayer el presunto asesino permanecía hospitalizado, bajo fuertes medidas de seguridad, informó el coronel Mario Fernando Guerrero Fonseca, comandante de la Policía Metropolitana de Manizales.
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