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A la 1:00 de la mañana del 8 de febrero de 2009 reportaron los militares el supuesto combate en el que murieron Darbey Mosquera Castillo y Alex Hernando Ramírez Hurtado
El teniente del Ejército Julio César Álvarez Pedreros y el civil Juan Carlos Arenas Huertas negaron ayer los cargos que les imputó la Fiscalía por un falso positivo en el que murieron a manos de militares Darbey Mosquera Castillo y Alex Hernando Ramírez Hurtado.
El hecho ocurrió el 8 de febrero de 2009 en la vereda Java de Manizales. En esa ocasión se escapó de morir José Didier Marín Camacho, porque al soldado que debía asesinarlo se le trabó el fusil. En la actualidad figura como testigo protegido por la Fiscalía, lo mismo que un primo de una de las dos víctimas.
Tanto las familias de las víctimas como los abogados denunciaron amenazas contra sus vidas. Ayer delegados de Naciones Unidas y de una ONG humanitaria los acompañaron en la audiencia.
La Fiscalía les imputó al teniente Álvarez Pedreros y a Arenas Huertas los delitos de homicidio agravado y concierto para delinquir. De manera adicional le endilgó al militar la tentativa de homicidio.
Según la investigación de la Fiscalía, al soldado Iván Palacios (condenado por el crimen) lo comisionó el teniente para que contactara a Mosquera, a Ramírez y a Marín, quienes vivían en Pradera (Valle), con el ofrecimiento de asesinar a un narcotraficante.
Una o dos noches antes del homicidio, agregó el acusador, los reclutados amanecieron en el lugar de residencia de Juan Carlos Arenas (señalado de pertenecer a la oficina de Envigado) en un barrio de Pereira. El día del crimen un taxi los trasladó hasta jurisdicción de Java en Manizales, donde los esperaban los militares para darles muerte y presentarlos como extorsionistas dados de baja.
Como los imputados negaron los cargos, ahora les espera un juicio en el que deberán demostrar su inocencia. Cabe destacar que los dos purgan condenas en Bogotá y Medellín, por otros delitos.
Por este hecho purgan penas de 42 y 43 años de prisión el teniente José Arbey Peña Ramírez, el cabo Carlos Eduardo Mogrovejo Zapata; los soldados Javier Albeiro Dorado Muñoz, Veimar José Ipia, Germán Bermúdez Carabalí, Alonso Iván Palacios Prado y Róbinson Ruiz.
Falta imputar al mayor José Linares Hernández, que para la época del crimen era el comandante del Batallón de Contraguerrillas 57 Mártires de Puerres.
La Fiscalía sostiene que el móvil de estos crímenes era obtener felicitaciones y permisos por mostrar resultados positivos en combate.
Luego de dos aplazamientos al fin se realizó en Manizales la audiencia de imputación de cargos al teniente del Ejército Julio César Álvarez Pedreros y al civil Juan Carlos Arenas Huertas.
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