Manuel Fernando Quintero González, hermano de Isabel Cristina, también lloró sobre los restos de la joven. Hace diez años que a ella la secuestraron, la torturaron, la violaron y finalmente la mataron.
El duelo de una familia por la muerte de Isabel Cristina Quintero, habitante de Pensilvania, se hizo 10 años después de su deceso trágico. Como ella, otras 16 familias recibieron los restos óseos de sus seres queridos, asesinados por grupos armados ilegales. El acto se cumplió en Pereira (Risaralda).
El pasado viernes, en el salón de un hotel de esa ciudad, decenas de personas provenientes de Caldas, Quindío, Chocó, Caquetá y del mismo Risaralda, protagonizaron la escena conmovedora. Madres, esposas y familiares tuvieron al fin la confirmación absoluta de que sus parientes fueron asesinados por guerrilla o paramilitares.
Algunos asistentes estuvieron a punto del desmayo. Hubo lágrimas, pero también paz, pues se terminaba el drama y la incertidumbre de no saber dónde estaban los cuerpos.
Cada familia -incluida la de la Cristina Quintero- recibió los restos en un pequeño ataúd. Uno a uno esperaron a que dijeran el nombre de su ser querido para ir a recibir sus restos. Encima de la caja, unas rosas blancas y una fotografía de la víctima.
Isabel Cristina Quintero tenía 18 años cuando desapareció en octubre del 2002, en Pensilvania. Ella vivía en una finca con sus padres, su hermana y su hermano Manuel Fernando Quintero.
Él dice que un paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia se enamoró de ella y la secuestró. "En esa época ninguna muchacha podía decirle no a los paramilitares. Si se resistían, las mataban, y ella sabía que no podía negarse. A Isabel la amenazaron; le dijeron que si no se iba con ellos me mataban a mí.", dijo Quintero con lágrimas en sus ojos.
"Supimos que la tenían secuestrada en una finca en Marquetalia. Nosotros no podíamos ir hasta allá, porque la mataban o nos mataban. Sabíamos que la estaban violando, que la trataban mal, que la tenían como sirvienta".
Con impotencia y aferrándose a la foto de su hermana muerta, agregó que era una soñadora a la que le gustaba escribir poesía. "Era una mujer muy inteligente, ella no se merecía esto. En el 2008 supimos que la habían matado y hoy (el viernes) nos devuelven sus restos", concluyó.
Los nombres de las víctimas son: Isabel Cristina Quintero González, Aldemar Soto Correa, Alexánder de Jesús Hernández Galeano, Argemiro Aricapa, Daniel María Herrera Cardona, Reinaldo Antonio Herrera Cardona, Jairo Giraldo Hoyos, José Alejandro Restrepo Legarda y José Arnoldo Calvo Pescador, José Édison Jaramillo Bernaza, José Leonardo Silva Alarcón, Luis Fernando Restrepo Ospina, Luis Gabriel Arango Gómez, Manuel Rivera Nieto, Mauricio Londoño, Mónica Gutiérrez y Nelson de Jesús Espinoza Espinoza.
Esos casos corresponden a 11 homicidios, dos desapariciones forzadas y cuatro desapariciones forzadas con homicidio. En su mayoría las víctimas eran Caldas. Hasta la fecha Justicia y Paz ha exhumado 4.809 cuerpos de 3.929 fosas en todo el país.
Estos son los cofres con los restos óseos de las 17 personas que murieron a manos de grupos al margen de la ley y que fueron identificados. Familias de Risaralda, Quindío, Caldas, Chocó y Caquetá viajaron a Pereira a recibir a sus seres queridos.
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