LA PATRIA | MANIZALES

"Hoy, un juez de Bogotá decide si a Ricardo lo deben recapturar o si continúa libre. Pero, ¿qué hay de mi seguridad? Dicen que está en una clínica psiquiátrica, pero sin custodia. En cualquier momento puede salir y hacerme daño".

Las palabras son de Luz Stella Forero Gómez, la mujer que hoy vive un doble drama. Su exesposo, Ricardo Enrique González Tovar, condenado a 45 años por asesinar en el 2011 en Puerto Salgar a sus hijas Íngrid y Natalia, de 10 y 15 años, quedó en libertad por orden de un juez de La Dorada.

Se vencieron los términos, debido a que aún no hay un fallo de segunda instancia del Tribunal Superior de Manizales.

El pasado fin de semana, Forero Gómez se reunió con la Fiscalía para hablar de su seguridad. Explicó que su caso entró a estudio, pero no le concretaron nada.

"Firmé un mundo de papeles. Que me darán un auxilio de tres meses de arriendo mientras me reubican en una ciudad que yo decida. Además, que la Policía hará ronda donde habite. La verdad, no veo nada concreto. ¿Quién trabajará por mí, quién me dará para vivir?, porque si me meto a un apartamento y no puedo salir, eso no es vida".

Testigo

Otra posibilidad que le dieron es internarse en unos apartamentos que tiene la Fiscalía para protección de testigos, pero ella ya no tiene esa condición. Además, nadie podría visitarla, ni hablar por celular, ni salir.

"Llené los formularios y firmé para que, si me llega a pasar algo, quede constancia de que acepté. Esta semana me responderían. Espero que el juez dé la orden de recaptura para Ricardo Enrique. Mientras tanto, sigo expuesta. El problema es que nadie puede confirmar si él está internado en Bogotá, si en verdad tiene problemas sicológicos. La Policía no lo vigila, porque ya no es un detenido. Tampoco puedo mandar a seguirlo, porque me denuncian por acoso", señaló la mujer.

El caso

Luz Stella Forero recordó que vivía en habitaciones separadas desde hacía dos años con este hombre. En la mañana de la agresión le pidió una última oportunidad, se negó y él le respondió propinándole 26 puñaladas.

Sofía, de 10 años, y Natalia, de 15, salieron a defender a su madre, pero la pequeña murió. La señora y su otra hija escaparon malheridas. En el hospital falleció la mayor.