LA PATRIA | MANIZALES
José Rubiel Rincón, de 32 años, y José Duván Arias, de 53, añoraban cumplir sus sueños pronto. Se trazaron unas metas que se interrumpieron el pasado martes cuando un automóvil los arrolló, junto a dos compañeros, cuando laboraban sobre la vía Panamericana, cerca del barrio Lusitania, en Manizales.
Ellos fallecieron mientras recibían atención médica. Los otros trabajadores resultaron heridos, al igual que uno de los tres ocupantes del carro, menores de edad.
Adiós en su cumpleaños
Ayer, José Rubiel, natural de Villamaría, cumpliría 32 años. Celebraría un nuevo año de vida rodeado de su familia, de su esposa y de su motor para salir adelante, su hijo de cinco años.
Lo del Gordo o el Viejo, como cariñosamente le decía su familia, era trabajar en la construcción y las carreteras eran sus preferidas. Laboró en una ferretería y en Mabe, pero el impulso lo sentía por las palas y el cemento.
No era un hombre de aficiones, según explicó su esposa, Elvia Rosero, a quien conoció hace nueve años. Lo que disfrutaba en su tiempo libre era salir a los parques con su familia y de vez en cuando jugar algún picado de fútbol.
Su sueño estaba próximo a dar frutos. En el 2017 iniciaría la construcción de su propia vivienda en el barrio La Pradera, para poderse ir a vivir con su compañera y su pequeño, pues residía en la casa de unos familiares.
Allegados de José Rubiel lo recordaron como un hombre noble y alegre que los motivaba a todos en las reuniones familiares. Era el menor de cuatro hermanos y el único hombre.
El olor del campo lo llamaba
José Duván Arias era tolimense. Casi toda su vida vivió en el corregimiento de Padua (Herveo). La agricultura era lo suyo y disfrutaba arar la tierra, cultivar papa y montar a caballo.
Se radicó en Manizales, pues encontró mejores oportunidades para darles estudio a sus tres hijos y sacarlos adelante. Hace 10 años trabajaba como obrero de construcción, especialmente en obras viales. Vivía en el barrio Camilo Torres.
Según Aceneth Acosta, su esposa, se caracterizó por ser una persona calmada y muy familiar. En su tiempo libre disfrutaba ir a jugar tejo. Y esa misma calma para llevar la vida se reflejaba en su salud, pues nunca lo veían enfermo o decaído, y por el contrario, permanecía activo.
Aunque logró brindarle a su familia lo que necesitaba, el campo lo llamaba, era lo que le gustaba y con lo que se sentía a plenitud. Quería volver a su terruño y se dedicó en sus últimos días a buscar una finca cerca del Páramo de Letras para cultivar papa. José Duván hacía parte de una familia de nueve hermanos.
La edad y la conducción
El Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) explicó que la madurez como conductor se desarrolla de acuerdo con la experiencia y responsabilidad que se tenga frente al volante.
En promedio, el conductor puede tomar alrededor de 15 decisiones por kilómetro, cada una, en una fracción de segundo.
Indicó que a los que están entre los 16 y 18 se les denomina preconductores, que difícilmente han desarrollado los suficientes reflejos que les permitan aprovechar adecuadamente sus capacidades naturales.
"No hay que intentar cambiarlos, la inexperiencia solo se corrige con experiencia y ella se adquiere practicando y recorriendo muchos kilómetros hasta obtener hábitos y reflejos condicionados. El exceso de confianza puede ser contraproducente".
Posibles causas
Dos hipótesis manejan las autoridades sobre el accidente que provocó la muerte de los dos obreros. El conductor no logró superar el peralte de la curva o hubo exceso de velocidad.
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